"Actuar es fácil, pensar es difícil; actuar según se piensa es aún más difícil"

¿Y DE HAITÍ QUÉ?

En estos días estamos celebrando el fatídico aniversario del mayor terremoto en la historia del país más pobre de América Latina y nada parece haber cambiado. La pobreza se extiende a lo largo y ancho de esta nación. Cientos de miles de personas aún viven en campamentos de refugiados. Esperan que la ayuda llegue algún día. Casas, escuelas, hospitales e iglesias se vinieron abajo. Puerto Príncipe, la capital, quedó en ruinas.
El mundo entero se conmovió ante la magnitud de esta tragedia, se pusieron en marcha todos los mecanismos habidos y por haber, para salvar los heridos, ayudar a las víctimas, y sobre todo se prometía enviar hasta la zona, cientos y cientos de miles de millones de dólares, con que reconstruir este país y ayudar a todos esos ciudadanos que sin culpa alguna habían visto truncadas sus vidas. Sin embargo, el gobierno Haitiano no estaba preparado para una emergencia de esta magnitud. Su incapacidad para distribuir los víveres provocó la ira de los habitantes de la isla, tenían hambre y por consecuencia vinieron los actos de rapiña.
A un año de la tragedia  las cosas no han cambiado mucho. Según un informe de la organización de las naciones unidas, alrededor de 810 mil personas aún viven en los campamentos que se montaron para refugiados,  de éstos, 380 mil son niños. La comunidad internacional prometió no dejarlos solos. La Unión Europea desembolsó el año pasado 331.900.000 euros de los 1.235 millones comprometidos para la reconstrucción a medio y largo plazo del país.
Es evidente que la cifra desembolsada, dista mucho de la prometida, es por ello por lo que tenemos un año después las vergüenzas al descubierto, cuando los medios de comunicación, nos enseñan imágenes de la situación que esta pequeña isla caribeña esta viviendo, y sobre todo cuando todos pensamos los mismo. Y no es otra cosa que si allí existiera algún tipo de riqueza como ocurre en otros países, se habrían dado patadas en el culo todos para que aquello volviera a emerger lo antes posible para seguir explotando el negocio suculento que en su territorio existiera.
Pero como de riquezas nada de nada, ni minas de oro ni diamantes, ni yacimientos de gas o petróleo, ni ninguna otra cosa, pues no es necesario correr tanto, por que allí no hay nada donde rascar, así es que se vendría cumpliendo la máxima de que la miseria no trae nada más que miseria, y que por lo tanto este país esta condenado ha vivir en ella durante casi todos los días de su existencia.
Han transcurrido doce meses desde que la tierra tembló en Haití, pero todavía se sienten las consecuencias. Y llevará tiempo que no sea así. A la confusión inicial, prosiguió un gran esfuerzo por parte de numerosas ONG de todo el mundo que se prestaron para ayudar de manera inmediata. Diversos equipos se desplazaron hasta el lugar o se aprovecharon los efectivos locales para atender a las víctimas y evitar un traslado masivo al país, en ruinas tras el seísmo e incapaz de acoger a todos. Ha pasado un año y en este tiempo las preocupaciones han sido varias, así como las denuncias por saqueos, las peticiones de ayuda o las demandas urgentes de material. Ahora preocupa el cólera, pero no es lo único por lo que se teme. ¿En qué situación se encuentra el país? ¿Qué se hace en estos momentos por Haití y en Haití?

No hay comentarios: