Este fin de semana, las ferias y fiestas en honor al Condestable Don Miguel Lucas de Iranzo, tocan a su fin, cerrando el mismo día del patrón, esta semana grande de la capital del Santo Reino, que como cada año, y este no podía ser menos, en torno al 18 de octubre, Jaén se viste de gala y desborda y derrocha diversión por los cuatro costados y la gente se echa a la calle en una ganas inmensas de pasarlo bien.
Hay motivos más que sobrados para la diversión, en un recinto ferial totalmente remodelado, que como ocurre en los toros, sobre él hay diversidad de opiniones, y están los que por un lado alaban el gusto del Ayuntamiento, por esa reforma tan oportuna y de tan buen gusto, y por el otro aquellos que lo critican hasta la saciedad, por el derroche que en una cosa como el recinto ferial, se ha hecho.
Pero creo que no hay que ser extremista, y que en el medio está la virtud, y que está remodelación era necesaria, por que el recinto estaba en unas condiciones pésimas y de insalubridad de los aseos, y por que no decirlo de peligrosidad en cuanto a la distribución del mismo por esas escaleras, que costaba trabajo bajarlas cuando se estaba sereno, pues mucho más cuando uno lleva alguna copa de más en el cuerpo.
La feria de San Lucas, se convierte en unos días de júbilo y asueto, que hace que nos olvidemos de nuestros problemas más cotidianos, el estrés y cuantas otras enfermedades están de moda hoy en día, y que sirve para poder cargar las pilas y con fuerza afrontar el curso y las tareas que el resto del año nos depara.
Esta feria que es la que cierra el calendario ferial de España, poco a poco va siendo un referente en el mundo taurino, que les brinda a los aficionados a los toros las últimas faenas de la temporada de los diestros más deslumbrantes de cada año. Por el coso de la alameda pasan figuras como Ponce, El Fandi, o Talavante entre otros, que lidiaran toros de ganaderías tan sobresalientes como las de Vellosíno o Juan Pedro Domecq.
La feria es para divertirse y pasarlo bien, la oferta es grandiosa, y podemos asistir tanto a los toros como a una obra de teatro, a un concierto y a las actividades recreativas que con un gran esfuerzo realiza el ayuntamiento para diversión de todos.
Seguro que en lo que queda de fin de semana el recinto de la vestida estará a rebosar, en las casetas no cabra ni un alfiler. La manzanilla y la cerveza correrán por todas partes y los jienenses se volcarán un año más con su patrón el Condestable Don Miguel Lucas de Iranzo, que hace no se cuantos siglos llego hasta Jaén para administrar y cobrar la contribuciones del Rey en estos territorios. Pero siempre habrá quien diga que esto ha cambiado mucho y que San Lucas ya no es lo que era, si no más bien que nos lo han descafeinado.
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