Estamos a pocas semanas
de que se cumpla un año desde que la Derecha y Ultraderecha de Andalucía
pactaran un Gobierno de perdedores tras las elecciones autonómicas del 2 de
diciembre de 2018, formando el mismo entre las dos Derechas con el apoyo de la
Ultraderecha. Un año que como nos damos cuenta pasa bastante rápido y un año
que da para muchas cosas, sobre todo para que se vea el cambio de tendencia en
la política impulsado por estos tres partidos y que está enteramente basado en
un desmantelamiento de lo público para dar paso a la privatización entre sus
amiguetes de determinados sectores, que les vendrán a producir pingües
beneficios a medio y largo plazo.
Como nos estamos dando
cuenta, uno de los primeros sectores que han atacado de lleno y sin
contemplación alguna, ha sido el de la Sanidad Andaluza, que en poco menos de
un año ha pasado de ser un sector modélico, a un sector en estado de
liquidación y venta para el que sea más allegado al actual Gobierno de la Junta
de Andalucía, que son los que realmente van a sacar tajada y rédito de toda
esta política de desmantelamiento que se puso en marcha en nuestra Comunidad
Autónoma.
La táctica que se
emplea en todo este desmantelamiento, es la misma que se viene empleando en
todos los países sudamericanos, con una bajada de impuestos, sobre todo a los
más ricos, para acto seguido tratar de hacer ver que los servicios públicos,
como la sanidad, son un desastre y hay que optimizarlo privatizándolos y
derivado enfermos a clínicas privadas que no sabemos a quién pertenecen y por
supuesto cual es la mano que mece la cuna de estas, para llevarse un gran trozo
de la tarta de la Sanidad y de los Hospitales públicos tal y como los
conocíamos hasta hace tan siquiera un año.
Estamos viendo como el
colectivo de médicos y enfermeros, se manifiestan semana tras semana para pedir
mejoras, no sólo salariales o laborales, sino también en los propios centros de
trabajo, donde las dotaciones de personal van cayendo en picado día tras día,
junto con la reposición de materiales tan básicos como las sábanas y los
pijamas en los hospitales, donde el servicio que se ofrece al usuario ha bajado
en mucha calidad en tan siquiera unos pocos meses, y vemos como se aumenta la
ratio enfermos-sanitarios de manera descomunal.
Esto nos está llevando
a que nos lleguen noticias casi todos los días donde se nos dice que se cierra
una planta de algún hospital por falta de personal, donde una enfermera de
pediatría tiene que atender ella sola a casi cincuenta niños, u hospitales en
los que se tienen que suspender intervenciones quirúrgicas por falta de
sanitarios, todo ello sin mencionar la gestión que se ha hecho de los brotes de
listeriosis. En definitiva un estamos asistiendo a un goteo continuo e
incesante de desastres tras desastres en la Sanidad Andaluza, que con sus
grandes defectos, que los había, funcionaba de manera bastante aceptable.
En definitiva, esto no
es ni más ni menos que un cambio de modelo en la forma de entender lo público,
que la derecha, apoyada por la ultraderecha, tiene. Una forma que da pasos
agigantados hacia el total desmantelamiento de los servicios públicos, para
llegar a la total privatización de todos y cada uno de ellos, de tal manera que
los disfrute sólo y exclusivamente aquel que se los pueda pagar.