Hemos visto en las
noticias estos días que sube el paro de la provincia de Jaén. Y la verdad es
que en este asunto del paro ya llueve sobre mojado, pues veníamos arrastrando
el ser una de las provincias de España con mayor tasa de paro, que ahora
podemos ver como se acentúa en una situación tan maltrecha que venimos
padeciendo en el empleo de la provincia, donde no levantamos cabeza desde hace
mucho tiempo, marcando unos niveles que a muchos nos sonrojan o nos hacen mirar
para otro sitio en muchas ocasiones por la vergüenza que nos hace sentir
situaciones como esta.
Casi siempre la campaña
de recolección de la aceituna lleva a que estas cifras se puedan paliar de alguna
manera, tanto con los jornales que se dan en el campo, como con los que hay que
tener en las almazaras para molturación de ese fruto que se recolecta en el
campo. Jornales que este año no van a llegar en la medida que todos estábamos
esperando por la disminución tan importante que va a sufrir la cosecha, que
claramente va a perjudicar de una manera muy directa al empleo de toda la
provincia de Jaén.
Para Jaén el tener una
campaña tan escasa como la que se presenta, supone un duro golpe en la economía
de la provincia, del que nos cuesta bastante trabajo el poder recuperarnos por
aquello de depender un una gran medida del monocultivo del olivar, puesto que
cuando este cultivo pasa por una delicada situación como la que se nos avecina
para la próxima cosecha, afecta muy seriamente a toda la economía de la
provincia de Jaén, tanto directa como indirectamente, tras sufrir la mayoría de
los habitantes de la misma la merma de ingresos en sus bolsillos por la falta
de producción.
Pero esta escasez de
cosecha no sólo nos lleva a la pérdida de ingresos entre los agricultores sino
también a una importante pérdida de jornales en la inmensa mayoría de las
explotaciones y almazaras por tener una campaña de recolección que sería mucho
más corta de lo normal y que además demandaría muchos menos trabajadores para
el campo y las almazaras, con la consecuente pérdida de ingresos que estos van
a sufrir cuando en lugar de tener setenta u ochenta días de campaña, se queden
unos cuarenta escasitos o incluso en algunas zonas muchos menos.
El tener una cosecha
escasa puede parecer una tontería, pero para Jaén es todo lo contario y sobre
todo para muchos de los pueblos de la provincia donde tan sólo se vive del
olivar, provocando esto a parte de la normal pérdida de ingresos la mayoría de
las veces la salida de muchas personas de los pueblos hacía otras zonas más
prósperas con el consiguiente problema demográfico que ello provoca, sobretodo
apareciendo el fantasma de la despoblación de nuestras zonas rurales que cada
vez están más despobladas y lo que es más grave, más envejecidas.
Por eso perder cosecha
no sólo tiene consecuencias desde un punto de vista económico, sino también
tiene importantes consecuencias desde el punto de vista demográfico que de
alguna manera termina expulsando a la población, sobre todo más joven, de
nuestros pueblos, hacia otras zonas del país, o inclusive de fuera de él, donde
a priori ese futuro se les puede presentar algo más halagüeño, que no el que
aquí se tiene y mucho más con años de cosecha tan escasos como el que vamos a
tener.
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