Hace
unos días pude leer en la prensa, que la Muy Ilustre y Noble Orden de la
Cuchara de Palo, nombró comendador al conocido futbolista Andrés Iniesta, que
además de sus grandes dotes en el terreno de juego es también un amante a la
vez que gran bodeguero de prestigio, que agradeció el galardón, e invito en el
mes de febrero cuando se le concedió a esta Orden para que visitara su bodega
durante las vacaciones veraniegas.
Realmente
esta Orden tan peculiar con sede en Guarromán, tiene unos antecedentes
ancestrales que comienzan en el siglo XVIII cuando en 1767 Carlos III promulgó
el Fuero de Población por el se fundaban las Nuevas Poblaciones de Sierra
Morena, entre las que se encuentra Guarromán, con colonos venidos en la mayoría
de los casos de Centroeuropa (Alemania y Suiza), afincándose también españoles
procedentes de Galicia, Cataluña y Valencia, sobre todo. Para llegar hasta
nuestros días en donde la Orden de la Cuchara de Palo, no sólo trata que sus
miembros ejerzan como notables amantes de la buena mesa, sino que difundan
igualmente las bondades de la cocina que se oficia en los pueblos de España con
el aceite de oliva virgen extra.
Es
muy curioso echarle un vistazo a sus sitios en Internet o en las redes
sociales, para ver cómo entre sus miembros figuran grandes personalidades del
mundo del espectáculo, la política, la economía, el deporte o la cultura entre
otros. Donde todos han pasado por Guarromán y han podido saborear las bondades
del aceite de oliva virgen extra, o las exquisiteces de la cocina jienense, que
a muchos los deja perplejos, pues no podían ni imaginárselas. Todo ello gracias
a la gran labor que realizan este grupo de hombres y mujeres, algunos de ellos
descendientes de aquellos antiguos colonos centroeuropeos.
Pipirranas,
pate de perdiz, andrajos, ajo blanco, ajo harina, ajo atado, patatas a lo
pobre, arroz cortijero, potaje de habichuelas con perdiz, y un interminable
número de platos que no me atrevo a citar por no dejarme ninguno atrás. Son las
bondades y riquezas de nuestra buena mesa cocinados o regados con nuestro
magnífico aceite de oliva virgen extra, que se las han plantado en la mesa esta
Muy Ilustre y Noble Orden de la Cuchara de Palo, a todas las grandes
personalidades, como comendadores forman parte de ella, para divulgar el arte
del buen yantar de estas tierras, por el mundo entero.
Hoy
por hoy la Muy Ilustre y Noble Orden de la Cuchara de Palo, realiza una labor
de divulgación y difusión de las bondades de la cocina y mangares de esta
provincia en particular, con una proyección hacia el mundo entero que le han
dado un merecido reconocimiento y prestigio en cualquier rincón del mundo, de
tal manera que es conocida por cualquier crítico gastronómico, como una de las
más prestigiosas sociedades gastronómicas que en nuestro país existen.
Aunque
como ellos mismos dicen la Cuchara de Palo, desde sus posibilidades pretende
ser un agente dinamizador de las investigaciones y los estudios sobre la
culinaria del aceite de oliva virgen extra, en particular y, de forma general,
sobre las diversas manifestaciones de la Cultura Mediterránea, desde la que
proclaman que la concordia, el entendimiento, el respeto y la tolerancia entre
todos los pueblos es posible, sólo es cuestión de intentarlo, y en ello están.
Una gran filosofía para los tiempos que corren en los que el mundo anda
revuelto en los que las diferencias de clases se están acentuando cada vez más,
donde la concordia y el entendimiento, son ya palabras olvidadas desde hace mucho
tiempo y en muchos sitios. Porque quizás lo que este mundo esté es falto de que
cada uno podamos empuñar una cuchara de palo y ponernos aunque sea ante una
sartenada de patatas a lo pobre y comer en armonía a fraternidad, para conforme
se vaya vaciando la sartén, vayan cayendo en ella las envidias, los rencores y
la rencillas, que en estos tiempos abundan, para que cuando se friegue la
sartén se termine limpiado todo lo malo y nos quede ese regusto de lo bueno.