"Actuar es fácil, pensar es difícil; actuar según se piensa es aún más difícil"

ESTADO DE LA PROVINCIA

La Diputación Provincial celebraba el pasado miércoles el debate sobre el estado de la provincia. Un debate que es muy necesario para poder hacerse una composición de lugar de cuál es la situación de la provincia, cuáles son sus necesidades y carencias y cuáles son las fortalezas que tenemos para poder utilizar, en el impulso claro y definitivo que la provincia de Jaén necesita para poder despegar de manera importante, tomando el ritmo que sea necesario para de una vez por todas abandonar el vagón de cola del que nos cuesta trabajo poder salir.
Tenemos una provincia que no es ajena a la grave crisis que sigue instalada entre nuestra sociedad. Una crisis que ha sumido a Jaén en unas tasas de desempleo nada deseables, por las que no se puede mirar hacia otro sitio y es muy, pero que muy necesario centrarse en ellas para poder buscar la solución más efectiva, que nos permita poder rebajar ese desempleo y por consiguiente reducir tan abultada cifra, de tal manera que cuando nos presentemos de nuevo en este debate, las cifras sean otras totalmente distintas, que nos permitan de verdad poder hablar de una recuperación efectiva y eficaz.
El paro es el principal problema de la provincia de Jaén, y así lo reconoció el Presidente de la Diputación en su discurso de apertura de este debate. Problema sobre el que no se puede rehuir, puesto  que detrás de la frialdad de los números hay dramas reales y concretos: personas, familias y, también, comerciantes, autónomos, empresarios con problemas que lo pasan muy mal, demasiadas historias de tristeza, dolor y preocupación, que pocas veces cuentan los números o los índices macroeconómicos. Pero, cuando el índice de sufrimiento es efecto de una de crisis encadenada, global, nacional y local, no vale poner parches ni consignas fáciles sino soluciones eficaces, progresivas, piezas que encajen unas en otras que conformen motores de desarrollo. Por desgracia, tampoco parecen ser suficientes, aunque sean necesarias como soluciones paliativas, las ayudas familiares básicas o los bienintencionados planes de empleo provinciales a base de jornales, porque pueden ser pan para hoy, pero no se sabe si para mañana. Tampoco es suficiente la solidaridad generosa de las buenas personas y la elogiable labor de los bancos de alimentos y las ONGs, imprescindibles para evitar la exclusión social, porque, para curar una enfermedad socio-económica grave no basta con tomar aspirinas.
La provincia de Jaén tiene potencial y para ello es necesario solicitar la colaboración de todas las administraciones. Por lo que es muy necesario que el Gobierno de España de un impulso importante a las infraestructuras pendientes en esta provincia, tales como  la reactivación de las obras A-32, la ejecución del enlace de Baeza con esta autovía y una apuesta real por la alta velocidad y el ferrocarril convencional. Infraestructuras urgentes y necesarias para el importante desarrollo que tiene que acometer la provincia de Jaén sin demora alguna, para que el gran potencial que tenemos no se nos vaya perdiendo poco a poco, y al final veamos cómo esta provincia se despuebla porque los ciudadanos y ciudadanas no pueden vivir en ella y tienen que buscar un mejor futuro en otras zonas de España o del mundo, cuando si se hacen las cosas bien, tal como se vienen haciendo desde la Diputación Provincial, nadie tendrá que coger la maleta como todavía vemos a mucha gente con ella a cuestas para buscar fortuna en otros lugares.

RITA NO SE VA

La exalcaldesa de Valencia, Rita Barberá, se ha dado de baja de las filas del Partido Popular, pero se aferra a su escaño. La dirección del PP le había pedido que diera un paso atrás después de que el martes el Tribunal Supremo abriera causa contra ella por un presunto delito de blanqueo cometido por el PP en el Ayuntamiento de Valencia. 
Sorprende mucho en este país lo que está ocurriendo con los casos de corrupción que aparecen en el seno de la filas del Partido Popular y sobre todo con el tratamiento que desde la dirección Popular se le da a cada uno de ellos. A Rita Barberá, exalcaldesa de Valencia la convirtieron en senadora cuando ya estaban abiertas las investigaciones por presunta corrupción en Valencia, con lo que pronto empezaba el PP a incumplir su promesa de reducir los aforamientos y limitar la competencia de los tribunales superiores para juzgar a cargos públicos. Contrasta el interés por Barberá con la imputación por el juez de 9 de los 10 concejales del PP en el Ayuntamiento valenciano, junto con una veintena de sus asesores, en un asunto de blanqueo de capitales.
La actitud de Barberá es un claro desafío a su partido, e incluso un pulso a Mariano Rajoy, que queda en una mala posición con vistas a volver a presentarse a la investidura como presidente del Gobierno en una segunda votación. Todos los intentos del PP por dar una imagen de regeneración política han saltado por los aires en los últimos días. Aunque Ciudadanos se siente satisfecho con haber  logrado que la exalcaldesa se haya dado de baja en el PP, y como hemos podido ver en todos los medios de comunicación, ha afirmado que con su salida del partido, aunque mantenga su escaño en el Senado y siga aforada, se cumple el pacto anticorrupción que firmó con el PP en agosto, previo al acuerdo por el que apoyó la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno.
Mariano Rajoy ha perdido una buena ocasión de demostrar que pretendía cambiar algo cuando aseguraba que en su partido “ya no se pasa ni una”. Lo cierto es que el asunto de la presunta corrupción valenciana está recibiendo el mismo tratamiento que otros casos anteriores: negarlo todo y utilizar los recovecos legales posibles para dilatar todas las explicaciones. La dirección del Partido Popular podría haber actuado con mayor celeridad. Bien está que Rajoy, a quien Barberá echó un capote en horas difíciles, correspondiera y la regalara con variados elogios, acaso hiperbólicos. Pero la sensación que se lleva el ciudadano es que el PP, partido enredado en demasiados casos de corrupción, y que se enfrenta por ello a un otoño judicial terrorífico, no ha actuado, ni mucho menos, con la contundencia que sería deseable.
Ahora, necesariamente, el PP tendrá que escenificar un desmarque muy rotundo de una de sus alcaldesas más representativas durante lustros. En teoría, bastaría con recordar que Barberá ya no pertenece al Partido Popular cada vez que la oposición esgrima el caso Taula como arma electoral. Pero en la conciencia colectiva no será así. En cierto modo, es un sacrificio a medias del que seguramente con el trascurrir del tiempo sabremos porque fue así y no de otra forma y porque Rita no se fue del todo.



CUANTO NOS CUESTA EL ACEITE

Hace unos días pude leer una noticia de FACUA-Consumidores en acción, indicando las diferencias que existen en los precios del aceite de oliva virgen, dependiendo del lugar que podamos elegir para comprarlo o la marca que comprásemos, donde las diferencias de precios oscilan entre los 3,85 y los 6,19 euros. Ciertamente una diferencia bastante amplia, que puede dar lugar esa diferencia, a que el aceite de oliva virgen esté al alcance de cualquier familia, con tan sólo elegir el lugar o la marca a comprar de ese aceite de oliva virgen o virgen extra si se me apura un poco.
Por otro lado el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente afirma que en los hogares españoles, se consume una media per cápita de aproximadamente de unos trece litros de aceite, en los que se incluyen el consumo de cualquier tipo de aceite, aunque el aceite de oliva ocupa un setenta por ciento del total de los aceites que se consumen, frente, casi al veintisiete por ciento del de girasol. Por lo que nos demuestra que los consumidores españoles confían mayoritariamente en el aceite de oliva para su dieta como alimento principal en sus cocinas.
Pues con estas cifras de lo que cuesta un litro de aceite, máximo y mínimo, y lo que consumimos por persona de media en los hogares españoles, es muy fácil saber cuánto nos cuesta a cada familia media de cuatro miembros el aceite que consumimos en nuestra casa. Haciendo una simple operación matemática, descubrimos que si tomamos como referencia el precio menor, el coste por familia y día ascendería a tan sólo unos cincuenta y cinco céntimos de euro. Mientras si nos vamos al otro extremo, ese coste por familia y día subiría a unos ochenta y ocho céntimos.
Viendo esto así de simple nos damos cuenta que el coste por familia y día para el consumo de aceite de oliva en los hogares españoles, no llegaría ni tan siquiera a un euro en el supuesto del mayor precio, o poco más de medio en el de menor precio. Con lo que con estas cantidades tan irrisorias al día por familia, creo que no se puede, ni se debe, escatimar en un alimento que tantos beneficios nos puede otorgar para nuestra salud, aparte de estar buenísimo en todos los aspectos que podamos pensar.
Con cuestiones como esta no hay excusa para renunciar a las cuatro cucharadas diarias de aceite de oliva, que nos pueden reducir en un sesenta y ocho por ciento el cáncer de mama, según los datos que expone el estudio Predimed, que dirige el Profesor Gaforio, desde la Universidad de Jaén. O el consumo de entre treinta y treinta y cinco gramos por persona y día aproximadamente, que constituye una medida eficaz para la prevención de los infartos de miocardio y de procesos degenerativos como el cáncer. Otra de las conclusiones a las que ha llegado un estudio efectuado por investigadores de la Fundación Jiménez Díaz, de Madrid.
Lo cierto es que es mucho lo que nos jugamos en salud y muy poco lo que nos jugamos en dinero, como para renunciar al consumo de aceite de oliva virgen en cualquier hogar, pues que con el ahorro que nos puede reportar el no consumirlo, pocas cosas podremos hacer y pocas cosas podremos echar a la cesta de la compra.

UN VERANO QUE SE ACABA


Poco a poco el verano va tocando a su fin y casi sin darnos cuenta a la vuelta de este fin de semana, encararemos la semana que nos lleva de manera acelerada a la mitad del mes de reingreso vacacional por excelencia. Aunque meteorológicamente el verano finalizará el próximo veintitrés de septiembre, dando paso al otoño, que no sabemos muy bien como se nos presentará hasta que él mismo no de la cara y aparezca con sus luces y sus sombras, con sus veranillos otoñales o con sus incipientes escarchas que empiezan aparecer por muchas zonas de nuestra provincia, en los primeros días de septiembre la sensación es distinta.

Este verano que ya estamos casi despidiendo ha sido un verano un poco atípico comenzamos con unas elecciones generales que no sabíamos casi ni que hacer en ellas, por verlas como unas repetición de las elecciones del 20 de diciembre, cuando a las claras eran unas nuevas elecciones en las que nos jugamos mucho como se está demostrando día tras día a lo largo de todo el verano, con movimientos políticos que parecen que están todos muy embarrancados en sus propias posturas y de las que hay poco movimiento de un sitio para otro.
Ha sido un verano raro para los políticos españoles. Cuando teníamos Gobierno, nuestros representantes aprovechaban para hacer escapadas, relajarse, elegir entre playa o montaña y, en definitiva, desaparecer durante unas semanas de los focos. Ahora la falta de entendimiento entre las fuerzas ha propiciado un periodo estival movido: consultas con el rey, declaraciones de lealtad o de rechazo, y mucho trabajo de puertas para adentro de cara a, en teoría, evitar unas terceras elecciones. 
Pero lo que sí nos ha acompañado durante casi todo el verano, ha sido el calor. Ese calor que ha hecho insoportable en muchas noches de estío en las que apenas nos ha permitido conciliar el sueño, con temperaturas que cuando pensamos en ellas nos parecen una autentica barbaridad, y que no sabemos ni siquiera como somos capaces de aguantar semejante calor durante la noche. Pero sin saber muy bien porque o con que, por estas tierras estamos ya curtidos en los rigores del verano y los podemos soportar estoicamente.
Lo que sí me ha parecido bastante extraño y atípico este verano, ha sido el ver un debate de investidura en pleno mes de agosto. Un debate donde un candidato a la presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy, pedía el voto desde la tribuna del Congreso de los Diputados, para poder ser envestido, mientras la casi totalidad de los españoles seguían en las playas pendientes de sus mojitos o de sus espetos, como si con ellos no fuese esto de tener o no tener presidente del gobierno.
La verdad es que todos los veranos tienen su aquel, todos tienen sus luces y sus sombras, y unos son más especiales que otros, como ha podido ser este, teniendo en cuenta que también hemos disfrutado en él de los Juegos Olímpicos de Rio, con buenos o excelentes resultados para algunas disciplinas deportivas españolas.
Pero el verano ya toca a su fin sin más remedio, en unos días veremos a los escolares cargando con sus mochilas, en dirección a sus respectivos colegios en institutos, y esta sí que será la señal inequívoca que nos dirá que el verano definitivamente terminó y como dice la canción del Duo Dinámico tú partirás.