Esta semana ha entrado en funcionamiento todos los tramos que estaban en
construcción de la autovía del olivar, o lo que es lo mismo, ya podemos ir
desde Úbeda a Martos por autovía, con lo que eso supone de descongestión del
tráfico y seguridad vial. Al circular por una vía de gran capacidad como es
esta que como ya digo ha entrado en servicio hace ni siquiera unas cuantas
horas, acercando también la capital a las ciudades Patrimonio de la Humanidad
de Úbeda y Baeza, y por supuesto, eliminando gran cantidad de puntos negros que
esta carretera tenía a lo largo de su trazado.
Cuando se publicó la noticia que ya estaba en servicio pleno esta vía de
gran capacidad, el comentario más oído por la ciudadanía e cualquier
conversación o en las redes sociales, era aquel de que “ya está bien”. Y
ciertamente la construcción de esta vía de alta capacidad, se ha demorado más
de lo deseado para muchos puesto que son muchos los inconvenientes que han ido
apareciendo durante el período de construcción de la misma. Inconvenientes que
han venido uno tras otro a acumular y lastrar el periodo de ejecución de la
carretera, con los perjuicios y molestias que les han podido ocasionar a los
usuarios de la misma.
Pero a pesar de todos los retrasos, a pesar de los trastornos que nos han
podido dar a los que la hemos usado con más o con menos asiduidad, a pesar de
todo esto, lo cierto es que y tenemos algunos kilómetros más de autovía en
nuestra provincia. Kilómetros que acercan Úbeda y Baeza a la capital de la
provincia y kilómetros que a buen seguro nos servirán para la vertebración del
territorio de esta provincia, para su desarrollo económico y por supuesto para
la seguridad de todos los usuarios y usuarias de esta carretera, o más bien de
esta autovía del olivar.
También la construcción de esta autovía, nos da algunas lecciones de nuevas
técnicas. Nuevas técnicas en el diseño de grandes elementos construidos en la
misma, como son los puentes que en ella se han construido, principalmente el
del río Guadalquivir o el del río Torres, que como bien se puede apreciar a los
que por ella circulamos, se tratan de dos obras de ingeniería que son para
quitarse el sombrero, de las que son dignas de admiración sobre todo al ver
como con estas grandes obras de ingeniería se lucha con las dificultades
orográficas que suele presentar la geografía de la provincia de Jaén.
En esta construcción hay algo que también no me dejo de sorprender, que fue
la utilización del triturado de neumáticos mezclados con el asfalto, que vienen
a darle un toque de elasticidad al firme de esta autovía, de tal manera que
ayuda a que las dilataciones que pueda sufrir la misma, sean amortiguadas por
el triturado de este residuo, que además tenemos que tener en cuenta que el
mismo también se produce en una factoría ubicada en Espeluy, con lo que esto
supone para el maltrecho tejido productivo de Jaén.
Ahora podremos criticar lo que queramos sobre la tardanza en la
construcción de esta autovía, los trastornos que nos han podido ocasionar las
obras, pero lo que sí tenemos que tener claro es que la provincia de Jaén
cuenta ya con unos pocos kilómetros más de autovía, que nos tienen que servir
como acicate para el desarrollo económico que tanta falta
nos hace.