El
triunfo es de Teresa, de ella misma, de los compañeros que la han tratado a
diario y sus colegas sanitarios que, a pesar de los despidos, recortes y el
desmantelamiento de la sanidad pública se la juegan por los demás. Me alegro
enormemente por la noticia, pero aún espero, como muchos otros ciudadanos en
toda España, de que se asuma alguna responsabilidad por aquella burda,
miserable y vergonzosa, burla que se hizo desde los medios de comunicación
afines al gobierno y al partido Popular. Ni una sola disculpa hasta la fecha,
sólo se han dedicado vapulear a esta pobre auxiliar de enfermería que
cumpliendo son su deber en el trabajo, se contagió del mortífero virus del
ébola.
Mientras Teresa se debatía entre la vida y la
muerte, hemos escuchado miles de insultos e improperios hacía su persona, de
tal manera que como pasa casi siempre en todo, aquí la única culpable de todo
es ella y sólo ella, y que por su inutilidad pone en peligro a la población
española, contagiándolos de esta grave enfermedad. Como si fuese Teresa la que
ha traído el ébola a España para que todo el mundo se contagie. Cuando ha sido
ella victima de la nefasta gestión que el Gobierno Español ha llevado de todo
el proceso incluido el tratamiento y curación de esta auxiliar de enfermería,
que no podemos olvidar que su contagio fue de manera accidental desempeñando
las tareas propias de su puesto de trabajo.
Lo más curioso es que han tenido que ser los médicos
del sistema sanitario público español, los que han estado todos los días al pie
del cañón para ganarle la partida a esta grave enfermedad junto con la fortaleza
física y mental de Teresa. Y remarco eso de los médicos del sistema sanitario
público español, pues los encargados y todos los que han trabajado en el
dispositivo, han sido funcionarios a los
que el gobierno cuando menos les congela año a año su sueldo, sino se lo
baja. Funcionarios y empleados públicos, que ven como día a día se desmantelan
sus centros de trabajo, pero no por la crisis, sino por una ideología
capitalista neoliberadora que va en contra de todo lo público, a pesar de que
una y otra vez son los servidores públicos, lo que nos demuestran lo
equivocados que están, y hasta donde están dispuestos a llegar, a pesar de los
escasos recursos con los que muchas veces cuentan.
Hay que resaltar la gran labor que en su trabajo
hace Teresa, ya que nadie se acuerda nunca de un colectivo que como en las
grandes batallas siempre está en el frente dando la cara con constancia y
profesionalidad asistiendo a pacientes, médicos, enfermeras, etc..., y
realizando muchas tareas que nadie quiere hacer o que incluso no les
corresponden. Creo que ya es hora que los y las Auxiliares de Enfermería se les
reconozca su trabajo y su profesionalidad y por supuesto se les tengan en
cuenta, como una gran importante pieza del puzle de la sanidad pública. Y por
supuesto que el desempeño de esa labor tan profesional, entraña riesgos,
riesgos como el que corrió Teresa. Que ahora sus compañeros de un hospital
público la han curado, eso es para nota y quitarse el sombrero delante de
todos.