"Actuar es fácil, pensar es difícil; actuar según se piensa es aún más difícil"

80 AÑOS SIN REPÚBLICA


Hay acontecimientos que cambian el transcurso de la historia y otros que, además de eso, calan en el alma y modifican el presente de muchas personas. Uno de los actos que cumple con las dos premisas, es sin duda la Guerra Civil española. Un acontecimiento que en su aniversario sigue estando muy presente en el día a día de muchos españoles. El pasado 18 de julio se cumplían 80 años desde que se produjo el levantamiento nacional que dio el Golpe de Estado que terminó con el régimen democrático de la República en España. Sumiendo a España en una cruel y sangrienta guerra civil, que desembocó en el mayor periodo de dictadura que ha vivido nuestro país en toda su historia, donde las muertes y las represalias fueron brutales, de tal manera que causó una gran fractura en nuestra sociedad, que todavía no ha terminado de sanarse para buena parte de la ciudadanía y que a buen seguro seguirá dejando las heridas abiertas durante muchos años todavía.

La República aprobó una Constitución en diciembre de 1931 que incluso en algunos aspectos era más progresista que el texto vigente en la actualidad, fruto de la Transición. La Constitución de 1931 amparaba grandes derechos que colocaron a España como uno de los Estados más progresistas en el ámbito internacional en ese momento. Fue en estos años gloriosos en los que se vislumbró luz y esperanza con el advenimiento de un periodo más ilustrado, que con anterioridad no se disfrutó. Este texto, que declaraba al nuevo Estado español como una "República democrática de trabajadores de todas clases" concedía el sufragio universal masculino y femenino: efectivamente, tras un largo y complejo debate en las Cortes, las mujeres españolas obtuvieron el derecho de voto. Esta Constitución también legalizó el divorcio y equiparó los llamados hijos ilegítimos con los legítimos. Dejó el poder judicial en manos de los tribunales de justicia y por primera vez en la historia se fijó el derecho de las regiones a establecer Estatutos de Autonomía. Desgraciadamente la República, dicen, era una democracia inmadura y, por ello, derivó en la rivalidad entre facciones de una similar ideología, una desunión que fue clave para la victoria de la tradición conservadora.
Todo esto desapareció con la caída del régimen democrático que existía en nuestro país, sustituyendo esta progresista Constitución por unas leyes que lo único que nos trajeron fue represión y la mayor desigualdad entre clases que jamás se ha producido sometiendo a la población al mayor atropello de los derechos y libertades públicas que los ciudadanos y ciudadanas de este país han vivido.
Hoy se sigue sin dar carpetazo o solución a aquellos episodios violentos que dividieron a España en dos mitades, la de los vencedores militares golpistas apoyados por la derecha de siempre, con el beneplácito y la bendición de la iglesia católica, y la de los vencidos que fueron los defensores de la legalidad vigente del gobierno de la Segunda República. Hoy todavía siguen muchos muertos enterrados en las cunetas y en las fosas comunes de los cementerios, sin que sus familiares tengan un lugar claro donde poder honrar sus restos, y mientras tanto esto ocurra, muchos recordaremos la república con anhelo y deseo de lo que pudo ser y no fue y en lo que al final derivo todo.



MUERTE DE UN TORERO


Esta semana hemos asistido a unas dramáticas imágenes en las que aparecía como el joven torero Víctor Barrio, se dejaba la vida en la plaza después de ser duramente corneado en el pecho por un astado que sin piedad le segó la vida mientras realizaba la faena de la fiesta nacional, o menor dicho, mientras se enfrentaba en duelo con el animal que se defendía por no perder él la vida. Pero en esa lucha, en ese cuerpo a cuerpo está vez le tocó perder al torero.

Con este artículo no me voy a convertir yo en el defensor a ultranza de la fiesta nacional o del arte de los toros, de hecho nunca he estado en la plaza viendo una corrida, pero por supuesto aunque no me gusten la corridas de toros, respeto profundamente a quien las sigue o las practica.
Pero como ya he dicho,  aún sin gustarme para nada, aún sin compartir esa afición, me parece una mezquindad, por parte de aquellos que se aprovechan de la muerte del joven torero para recrearse y mofarse mediante burlas y recochineo en su particular cruzada en contra de la fiesta de los toros, en la que por supuesto sobran de lleno estas mofas, que a lo único que nos conducen es aumentar el odio y el rencor de los colectivos y grupos que pudieran estar a favor o en contra de este tipo de festejos.
Es lamentable que cosas como esta ocurran a estas alturas, que la mayoría de los animalistas han vuelto una vez más a esconderse tras el anonimato, quizás porque no tienen la valentía suficiente para expresarlo en público y a cara descubierta, para verter todo tipo de insultos hacia el torero fallecido y el mundo de la tauromaquia, y otorgar al animal bravo valores y condiciones inherentes sólo al ser humano.
Esto es como si ahora aquellos que están en contra del fútbol, o que de una u otra manera protestan por la celebración de este tipo de deporte, se alegraran por la muerte del capitán del Linares. Esto llevado a la mayor de las simplicidades parece ridículo, puesto que en definitiva se trata de la muerte de una persona, que además son jóvenes y buenos deportistas y de los que para nada, sean toreros, futbolistas, o simples ciudadanos de a pie, nadie por mucha inquina qu le tenga al deporte o actividad que haga otra persona, se debe alegrar de la muerte de alguno se su practicantes.
Creo que hay muchísima ignorancia entre los antitaurinos y muchísimo desprecio a una cosa que ha sobrevivido siglos y que puede ser absolutamente bellísima para otros, por lo que se debe respetar la opinión y la opción de cada cual, al igual que lo hacemos en la religión, en la política, en el deporte o cualquier otra opción que se nos pueda presentar en la vida, pues en esta sociedad  todo aquello que sea lícito puede tener cabida, y la tauromaquia, nos guste más o nos guste menos, por ahora es todavía una actividad lícita y legal y como tal se debe respetar.Por lo tanto la muerte de una persona es algo tan serio que no puede servir lo más mínimo para burla o mofa, por aquellos que están en contra de lo que este hace.


UN CANTO DE PAN CON ACEITE

Sin duda alguna uno de los manjares más populares y más exquisitos de nuestra gastronomía, es el canto de pan con aceite, o el  hoyo aceitunero, como también se le llama en muchos sitios, se prepara sacando la miga del pan, de un pan redondo o de un bollo y a continuación se le añade un generoso chorreón de aceite de oliva, preparando así uno de los alimentos más distinguidos que cualquiera haya podido degustar en muchos lugares, típico de estas tierras de la provincia de Jaén. Económico pues no en vano casi siempre se le ha llamado la comida de los pobres.
Este sencillo manjar se le acompaña la mayoría de las veces con tomate, otras muchas con bacalao, con aceitunas o rábanos. Todo ello dependiendo de la estación del año en la que nos encontremos y según lo que nos de la tierra en cada momento, por ello siempre es muy socorrido para llevarlo como merienda al campo o al tajo, donde con un buen pan, con ese generoso chorreón de aceite y un  puñado de aceitunas, estaba preparada la talega o la capacha, que gustosamente habría tenido el jornalero a la hora de almorzar cada día en el tajo. Almuerzo que para muchos nos puede parecer una insignificancia, pero cuando la escasez abunda, cuando no sobran alimentos en el seno de cualquier familia, un canto de pan con aceite, es el remedio infalible, para paliar el hambre y poder recuperar fuerzas para tener una jornada de trabajo como la de cualquier otro trabajador.
Pero hay que ver lo socorrido que resulta un canto de pan con aceite, cuando no se sabe que hacer de cena o de comida, y se comienza echando el canto, pero por supuesto son olvidar muchos fiambres y viandas, que traemos hasta la mesa de acompañamiento de este canto, que hará que lo que un principio podría parecer una cena o comida ligerita, se convierte en una engañosa y copiosa comida, en la que vamos comiendo un poquito de cada cosa, que cuando quieres acordar parece que te has comido una vaca. Por eso el poder tener un canto de pan con aceite que echarse a la boca, hace que las gentes de nuestros pueblos digan siempre aquello que por aquí nunca se pasó hambre, aunque tuvieran que comer pan con aceite.
Este canto ahora ya en muchos sitios se venera como alimento típico de la provincia de Jaén, por aquello de ser la más olivarera del mundo, y por hacer honor al oro líquido, se toma este exquisito manjar, que además de estar buenísimo, se descubre entre la comunidad científica que tiene propiedades saludables para muchas enfermedades, que nos mejoran nuestra salud, y esto ya es motivo más que sobrado para que lo tengamos que degustar en el mundo entero.
Aún recuerdo aquellas llegadas de la escuela cuando mi madre me preparaba para mí un canto de una manera muy especial, que en lugar de ser salado era dulce, era la nocilla de mi infancia, que no venía a ser otra cosa que la punta del bollo a la que se le sacaba la miga del pan tras echarle un buen chorreón de aceite de oliva virgen extra, le mezclaba una cuantas cucharadas de azúcar y de cola cao, de tal manera que aquel exquisito bollicao casero, era mi merienda todas las tardes sentado en el escalón de la puerta de mi casa, en fin otra variante del tan rico canto de pan con aceite.

UNA CAL Y UNA DE ARENA

Los acontecimientos políticos han sido demasiado intensos en el seno de la Unión Europea, y es que el referéndum en Reino Unido sobre el Brexit celebrado por los británicos, gente de natural riguroso, han conseguido romper la Unión Europea mediante la segregación del Reino Unido y el ejemplo que han extendido entre otros populismos, pero también han roto el Reino Unido, excitando el celo rupturista de los nacionalistas escoceses, que ahora exigen su referéndum para separarse de los separatistas. También Londres se plantea la ruptura con Gran Bretaña; la capital renuncia al campo para adherirse a la Unión. Se han empezado a recoger firmas, ya llevan cuatro millones de firmas para exigir la repetición del referéndum en todo el Reino Unido y no sería descartable que los llanitos -96% de los votos gibraltareños contra el Brexit- pidan uno para abandonar el Reino Unido y volver a ser España.
En Bruselas seguro que estarán de nervios puesto que ellos mismos saben que no hay una diferencia sustancial entre nuestros populistas, los antieuropeos británicos, el frente nacional francés o los antisistema italianos. Están hechos de la misma pasta, y ellos a la vista del melón que han abierto los del Brexit de Reino Unido, van aprovechar todo este rebufo para tratar de imponer sus teóricos populismos descomponiendo si para ello es necesario la Unión Europea. Unión que todos sabemos que tan sólo ha sido en sus principios, para la creación de un gran mercado común, en el que desde hace muchos años se vienen imponiendo las políticas mercantilistas frente las sociales. Mercado Común que con este austericidio liderado por Alemania comienza a desgranarse poco a poco.
Pero para la Unión Europea, seguro que los resultados de las elecciones en nuestro país del 26J, han supuesto un gran alivio, al ver como el Gobierno que ha sido gentil y servil a las teorías del austericidio, revalida una mayoría suficiente para emprender la senda de formar gobierno y seguir adelante con sus tesis de recuperación de la economía a su manera, de tal forma que como dice la estadística, los ricos sean cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres.
Esta crisis va terminar por completo con una clase media que cómodamente estaba instalada en nuestro país, y a la que se han recortado derechos, a la que le han cerrado universidades y escuelas, a la que le han subido los impuestos, como por ejemplo el IVA y otros muchos, y sobre la que se ciernen negros nubarrones amenazantes de copiosos recortes ordenados desde Bruselas, que nos volverán a llevar al caos y a la desesperación de miles de familias, que ya no sabrán muy bien qué hacer.
Pero llegados a este punto, el Partido Popular, claro vencedor de la elecciones, se debe dar cuenta que de la crisis no se sale cerrando escuelas y hospitales, sino todo lo contrario, construyendo más, no se sale paralizando la obra pública, sino invirtiendo mucho más en ella. En definitiva el nuevo Gobierno se debe dar cuenta que lo que ha hecho estos últimos casi cinco años ha sido ir en el sentido contrario de lo que realmente se debe hacer para una salida airosa de esta crisis, porque si no se puede caer en la complacencia, y en vez de ser una de cal y otra de arena como ahora, las tendremos todas de cal o todas de arena con lo que eso conlleva.