"Actuar es fácil, pensar es difícil; actuar según se piensa es aún más difícil"

UN CANTO DE PAN CON ACEITE

Sin duda alguna uno de los manjares más populares y más exquisitos de nuestra gastronomía, es el canto de pan con aceite, o el  hoyo aceitunero, como también se le llama en muchos sitios, se prepara sacando la miga del pan, de un pan redondo o de un bollo y a continuación se le añade un generoso chorreón de aceite de oliva, preparando así uno de los alimentos más distinguidos que cualquiera haya podido degustar en muchos lugares, típico de estas tierras de la provincia de Jaén. Económico pues no en vano casi siempre se le ha llamado la comida de los pobres.
Este sencillo manjar se le acompaña la mayoría de las veces con tomate, otras muchas con bacalao, con aceitunas o rábanos. Todo ello dependiendo de la estación del año en la que nos encontremos y según lo que nos de la tierra en cada momento, por ello siempre es muy socorrido para llevarlo como merienda al campo o al tajo, donde con un buen pan, con ese generoso chorreón de aceite y un  puñado de aceitunas, estaba preparada la talega o la capacha, que gustosamente habría tenido el jornalero a la hora de almorzar cada día en el tajo. Almuerzo que para muchos nos puede parecer una insignificancia, pero cuando la escasez abunda, cuando no sobran alimentos en el seno de cualquier familia, un canto de pan con aceite, es el remedio infalible, para paliar el hambre y poder recuperar fuerzas para tener una jornada de trabajo como la de cualquier otro trabajador.
Pero hay que ver lo socorrido que resulta un canto de pan con aceite, cuando no se sabe que hacer de cena o de comida, y se comienza echando el canto, pero por supuesto son olvidar muchos fiambres y viandas, que traemos hasta la mesa de acompañamiento de este canto, que hará que lo que un principio podría parecer una cena o comida ligerita, se convierte en una engañosa y copiosa comida, en la que vamos comiendo un poquito de cada cosa, que cuando quieres acordar parece que te has comido una vaca. Por eso el poder tener un canto de pan con aceite que echarse a la boca, hace que las gentes de nuestros pueblos digan siempre aquello que por aquí nunca se pasó hambre, aunque tuvieran que comer pan con aceite.
Este canto ahora ya en muchos sitios se venera como alimento típico de la provincia de Jaén, por aquello de ser la más olivarera del mundo, y por hacer honor al oro líquido, se toma este exquisito manjar, que además de estar buenísimo, se descubre entre la comunidad científica que tiene propiedades saludables para muchas enfermedades, que nos mejoran nuestra salud, y esto ya es motivo más que sobrado para que lo tengamos que degustar en el mundo entero.
Aún recuerdo aquellas llegadas de la escuela cuando mi madre me preparaba para mí un canto de una manera muy especial, que en lugar de ser salado era dulce, era la nocilla de mi infancia, que no venía a ser otra cosa que la punta del bollo a la que se le sacaba la miga del pan tras echarle un buen chorreón de aceite de oliva virgen extra, le mezclaba una cuantas cucharadas de azúcar y de cola cao, de tal manera que aquel exquisito bollicao casero, era mi merienda todas las tardes sentado en el escalón de la puerta de mi casa, en fin otra variante del tan rico canto de pan con aceite.

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