Poco a poco van pasando los días desde mediados de
noviembre, o primeros de diciembre de manera generalizada, para que se esté
llegando al fin de esta campaña de recolección de la aceituna. Campaña que
empezó casi unánimemente con unos rendimientos muy por debajo de la media de
las últimas campañas, pero con un aceite de una exquisita calidad, como ya
viene siendo habitual en los años
predecesores, donde la calidad está presente y primando entre los productores
que deciden adelantar el inicio de recolección año tras año para poder
conseguir un aceite mucho más excepcional.
Ahora ya empezamos a ver las cuadrillas plegar y recoger
el hato, para guardar los mantones y colgar las varas hasta el año que viene,
que será cuando de nuevo se vuelva a poner todo a punto y se empiece a coger
las aceitunas que darán lugar a nuestro querido y preciado aceite de oliva
virgen extra, que será bien visto por la mayoría de los paladares más exigentes
del mundo entero que tendrán el gusto de catar nuestro aceite y por supuesto el
privilegio de ser los primeros en probar ese aceite que luego se servirá en las
mesas más exigentes de la gastronomía mundial.
La campaña empezó marcada por unos rendimientos más bajos
de lo habitual, de tal manera que se llegó a pensar en muchos de los casos que
este año no se llegaría a la producción que se había fijado en el aforo que año
tras año viene dando la propia Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía,
cosa que parece ser que sí se llegará y por lo tanto se terminarán por cumplir
las previsiones de cosecha que se habían fijado a principio de campaña mediante
ese habitual aforo.
Pero si algo ha sido significativo esta campaña de
recolección de la aceituna, han sido los bajos precios con los que se comenzó y
que incluso han ido a la baja en el trascurso de la misma, sin recuperarse ni
levantar cabeza a lo largo de la misma y por supuesto insensibles antes las
expectativas, que luego se han ido cumpliendo, de unas bajas producciones en el
resto de países productores, confirmándose al final una producción muy por
debajo de lo que es la media mundial, pero que de nada ha podido servir para
esa, tan ansiada, recuperación de los precios por parte del sector productor.
Ante esto hay muchas teorías, yo tengo la mía propia, que
no sé si será acertada o herrada, pero que la digo siempre que tengo
oportunidad de hacerlo, y no es ni más ni menos que la causa de la nula
recuperación de precios, es debido a ese gran oligopolio que existe entre cinco
grandes firmas que en el mundo entero que contralan el comercio de más del 80%
del aceite envasado y que cuando llega un año de buenas expectativas como este,
ellos mismos empiezan a preparase con bastante antelación para tener sus
bodegas llenas, o aceite inmovilizado en bodegas de las almazaras y
cooperativas, para llegar incluso si es necesario, como lo están haciendo, a
prestarse aceite entre ellos mismos y enfriar el mercado todo lo posible al no
salir ninguno de ellos a comprar, provocando de manera natural una caída de
precios sin motivo aparente alguno, como la que estamos viendo en esta campaña,
y que nos lleva a precios muy, pero que muy por debajo, de los que tuvimos en
la campaña pasada.