"Actuar es fácil, pensar es difícil; actuar según se piensa es aún más difícil"

IRPF CON TRAMPA


El Gobierno de España ha anunciado esta semana la que puede ser su ley estrella de toda la legislatura, la reforma del impuesto más importante de todo el erario público, por su cuantía y por el número de personas a las que afecta, y que no es otro que el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas, de sobra conocido por todos como el IRPF.
La noticia la daba el Presidente del Gobierno con una gran parafernalia propagandística, explicando tan sólo algunos trazos gruesos de la reforma, y dejando entrever que la misma tenía y tiene mucha letra menuda, que conforme se va maximizando, vamos viendo que las bondades de esta reforma son ni mucho menos de las que en principio se anunciaban. Bueno si se le puede llamar reforma, pues lo primero que se dice es que el impuesto mantiene su estructura básica, y con esta aseveración cualquiera se pregunta si estamos ante una reforma o ante un maquillaje electoralista a cuenta del impuesto más importante de la Hacienda Pública.
Esta reforma, o más bien este ajuste, no hay por donde cogerlo, los impuestos no bajan para todos. Para algunos subirán, por la vía de eliminar deducciones que –casualmente– son las más progresivas de las muchas que hay. Apenas se tocan las que favorecen a los más ricos: especialmente la deducción por planes de pensiones privados –que solo se reduce de 10.000 a 8.000 euros–, ni tampoco las de compra de vivienda. Pero sí se recortan dos: a los jóvenes que viven de alquiler y a los despedidos. Los primeros solo podrán deducirse de sus impuestos la mitad de lo que hasta ahora se descontaban mientras que los segundos tendrán pagar impuestos por la indemnización por despido. No es un cambio menor. Hasta el viernes, la indemnización por despido no tributaba. En porcentaje, la reforma de Rajoy beneficia especialmente a las rentas más bajas y a las rentas más altas. Pero en números absolutos, la diferencia entre ambas no tiene color. Según estos interesantes cálculos de Cinco Días, “un trabajador con un salario bruto de 15.600 euros, se ahorrará 394 euros en la declaración de la renta de 2016. Para alguien que gane 90.000 euros, la rebaja será de 2.446 euros. Y para una nómina de 300.000 euros anuales, el regalo de Montoro será de 11.649 euros anuales”.
Ciertamente esto es indignante, como una y otra vez es la clase media trabajadora la que se sigue machando y maltratando con los impuestos, a la que se le impone una presión fiscal que hace que su vida sea casi insostenible, pues de alguna manera nos estamos convirtiendo en los mecenas del Estado Español, mientras que las grandes empresas y empresarios del IBEX 35, o las SICAV, se salen de rositas de toda esta película, y pagan muchos menos impuestos de los que puede pagar un jornalero, un peón de la construcción, o un agricultor, por citar algunos.
Pero volvemos a lo mismo de siempre, que a este Gobierno las clases medias sólo las necesita para cuan llegan las elecciones y entonces se les hacen algunas promesas haciendo algunas concesiones con gran carga de ingeniería financiera, que cuando poco a poco se deslía la madeja, nos vamos dando cuenta que de beneficios, nada de nada, sino más bien alguna que otra vuelta de tuerca más para los mismos. Todo ello sin contar la subida de los demás impuestos indirectos y especiales, y que no graban la renta sino el consumo, con lo que el perjuicio caerá sobre todo el mundo, o sobre todo los consumidores y por supuesto sobe nosotros también, pues se pagará más caro cuando suba el IVA de algunos productos, o cuando suba el impuesto especial de hidrocarburos y otros muchos más. Porque lo que sí está claro es que aquí no hay Reyes Magos y la factura del Estado la tenemos que pagar entre todos, pero claro, con arreglo a la progresividad que los impuestos deben tener.



FIN DE CICLO


Este Mundial de futbol, nos ha dejado a todos un regusto de sabor amargo, por el papel que ha desempeñado nuestra Selección, en tan sólo ciento ochenta minutos de juego. Papel al que nos tenía acostumbrados, pues la Roja había sido la Armada Invencible en los últimos seis años, ganando todo lo que se ponía por delante, Eurocopa, Mundial y Eurocopa, pero esta vez no pudo ser.
Lo que le ha pasado a la selección española de fútbol en este Mundial tiene que servir para dar más valor a lo que ganaron, porque, como en la vida misma, hay que saber aprovechar las oportunidades con las buenas características que se tengan, y con trabajo y humildad hasta la suerte te acompaña, y valorar al fin los logros conseguidos.
Todo en la vida son ciclos, y lo vemos con lo que nos rodea, y por supuesto la selección Española no iba a ser infalible toda la vida, de tal manera que hoy estas en la cresta de la ola y mañana en lo más profundo del océano, por lo que volver a salir de allí costara mucho esfuerzo y sacrificio, hasta que pueda volver de nuevo el ciclo positivo que nos vuelva a poner a la cabeza. Aunque también todos podemos pensar que esto tan sólo han sido un par de partidos maños que por su transcendencia nos han mandado para casa a la primera de cambio.
Pero como quiera que sea la Selección Española no ha estado afortunada de cara al gol, parece como si las botas de los jugadores españoles pesaran más que las de sus rivales, en dos partidos aciagos en la que no salía ni una derecha, cometiéndose errores que hacía años que no veíamos en la botas de un futbolista español, siendo todo eso debido al cansancio con el que se llega al Mundial, o a ese fin de ciclo que comienza a llegar de alguna manera.
Ahora por supuesto que ya hay que poner la mirada en las próximas competiciones y comenzar la preparación desde la vuelta del verano, para que dentro de dos años en la próxima Eurocopa, la Roja pueda, al igual que Ave Fenix, resurgir de sus cenizas, pues aún quedan jugadores en la selección con mucho talento y juventud, que a buen seguro nos seguirán dando muchos minutos de gloria por todos los estadios del mundo, como lo han hecho en los últimos seis años.
Ahora no es el momento de buscar culpables, sino solamente sentarse y fríamente reflexionar para ver los errores que se han cometido en Brasil 2014, que ya es historia, y de una manera tranquila y sosegada poder rearmarse para volver a ser lo que fuimos, e iniciar de nuevo el ciclo victorioso como el que empezamos a terminar en estos días, pues España ha tenido y todavía tiene grandes futbolistas que se llevan gala ser los mejores del mundo y así lo han venido demostrando.
Yo  hoy más que nunca me siento orgulloso de mi selección y de ser español y en general de todo el deporte Español. Los he visto ganar dos Eurocopas y un Mundial, he visto ganar al FC Barcelona cuatro Champions, al Real Madrid otras tantas Champions, unas UEFA al Sevilla, At. Madrid…, los triunfos deportivos de Nadal, de Fernando Alonso, de Márquez..., o del ciclismo español, y ahora ¿ya está todo perdido?, pues no. Si la Federación de Futbol de este País se diera cuenta de algunos detalles, a este Mundial hubiésemos llegado de otra manera (una Liga más corta, los grandes en la Copa del Rey que empezasen a jugar en cuartos,...) físicamente mejor, pues de lo contrario nos encontraremos con que la caída al pozo de la desgracia puede ser por más tiempo del que a muchos nos gustaría. Alargando el ciclo de penurias mucho más de lo que a muchos nos gustaría.


MEJILLONES EN ESCABECHE

Mejillones en escabeche

Echa un vistazo a tu despensa.  Me juego lo que quieras a que tienes alguna lata de mejillones en escabeche. Porque si, porque todos tenemos esas latas para un "por si acaso". Y están muy buenas, que si, peeeero... de verdad saben a escabeche? Ya te imaginas que voy a decir que no, jajaja, y es que algunos no saben ni gota a vinagre o sea que de escabeche, poco.
¿Pues sabes qué? Que hacerlos en casa no tienen ningún misterio y no hay color, están muchísimo más ricos que los de lata por mucho que te gastes.
Esto muy fácil aunque no es muy rápido, más que nada porque hay que dejarlos en el escabeche unas cuantas horas o mejor incluso de un día para otro. Pero no sufras, que no hay necesidad de entretenerse limpiando las conchas de los mejillones porque las vamos a quitar, así que sólo les quitaremos las barbas y eso es visto y no visto. Quédate un ratito y te lo cuento:
Ingredientes:
- 1 kg de mejillones
- 1/2 vasito de vino blanco
- 1 vasito de aceite de oliva virgen extra
- 2 o 3 hojas de laurel
- unos granos de pimienta
- 3 dientes de ajo
- 1 cucharadita de pimentón (tamaño moka)
- 1/2 vasito de vinagre
Elaboración:
1. Limpiamos los mejillones. Ya te he dicho que no hay que entretenerse mucho con las conchas, así que solamente les quitaremos las barbas. Los ponemos en una cazuela con el vino blanco a fuego vivo hasta que se abran.  Los retiramos  para que se enfríen un poquito y poder retirarlos de las conchas. Yo no les pongo sal porque me parece que no la necesitan.


2. En un cacito a fuego medio-bajo ponemos el aceite, el laurel,  los ajos en láminas y los granos de pimienta. Tenemos que dejarlo en el fuego unos 15 minutos para que ese aceite coja todo el saborcillo.
3. Apagamos el fuego y en un par de minutos que se habrá enfriado un poquito, añadimos el pimentón, removemos rápidamente para que no se queme y enseguida añadimos el vinagre (cuidado que puede saltar bastante).


4. En un recipiente disponemos los mejillones ya sin las conchas y colamos el escabeche encima. Es importante que los cubra por completo. Podrías hacerlo sin colar, pero como le toque a alguien algún granito de pimienta no le va a hacer mucha gracia.
5. Tapamos el recipiente y lo metemos en la nevera. Tienen que estar por lo menos dos o tres horas en el escabeche y mejor todavía de un día para otro.


Auténticos mejillones en escabeche, o mejillones en auténtico escabeche, lo que prefieras!






UN MERCADO LOCO


El aceite de oliva es uno de los productos más representativos de la exportación agroalimentaria española. España aún exporta un gran porcentaje de su aceite a granel. No obstante, las exportaciones de envasado han incrementado su relevancia de forma espectacular, habiéndose duplicado en los últimos 5 años y continuando su tendencia al alza.
El sector oleícola adolece de una disminución de la rentabilidad debido al bajo nivel de precios, consecuencia de un exceso de oferta y de un fuerte desequilibrio de la relación de fuerzas en el sector. Los precios del aceite de oliva se encuentran desde hace tiempo a niveles muy bajos: en España, los precios de las categorías virgen extra y virgen se sitúan por debajo de los niveles de activación del almacenamiento privado desde comienzos de 2012.
Con los siglos, el mercado del aceite de oliva ha conocido un escaso nivel de internacionalización, manteniendo alejados a los consumidores de las grandes fluctuaciones que han caracterizado en la economía contemporánea más reciente al resto de aceites comestibles. El porcentaje de aceite de oliva consumido respecto al del total de grasas vegetales es aún muy pequeño. Apenas supera los dos de cada cien kilos de grasas que se consumen en el mundo y esa relación se eleva a cuatro si consideramos los cuatro aceites de mayor consumo.
El mercado lleva algún tiempo que anda un poco loco y disparatado, en el que se hacen cosas que no tienen nada que ver con la lógica comercial y de marketing que marcan las reglas comerciales de cualquier producto o sector. Reglas que penden de la más básica como es la de la oferta y la demanda, pues siempre se ha dicho que una mayor oferta, un menor precio, y al contrario, con lo que en el mercado de los aceites de oliva, se hacen cosas que son de lo más irracional que uno se podría imaginar.
Es entendible que tras una gran cosecha como la que ha habido en la campaña pasada, los precios bajen de manera importante, pero es inentendible que con las previsiones que hay para el año de próximo de que se tenga una cosecha media más bien baja, este producto no se suba el precio de a unos niveles más óptimos, de tal manera que nos permita a los productores vender el producto por encima de los umbrales de rentabilidad, haciendo que el sector prospere y se permita tener una gran influencia en la economía, como siempre lo ha tenido.

Pero la locura de este mercado lleva a que los niveles de precios que se marcan en las últimas semanas o meses, no lleguen ni por asomo a lo que todos estaríamos deseando, para que este cultivo siguiera siendo rentable. Locura, que lo único que hace es hundir y hundir cada vez más al sector en un umbral de precios que pone en peligro miles de explotaciones olivareras de la provincia, sobre todo de las zonas de menor producción y en la que la crisis está haciendo su estragos más desorbitantes  con pérdidas multimillonarias. Perdidas que son bien fácil de calcular, y es que si fijamos un precio umbral de 2’40 euros y en la actualidad anda por el 1’80, más bien escaso, nos daríamos cuenta que estamos perdiendo sobre unos sesenta céntimos, de tal manera que eso multiplicado con la gran cantidad de toneladas producidas, nos arrojaría una cifra que a muchos nos haría llevarnos las manos a la cabeza pues no lograríamos entender como si estamos batiendo records de consumo y de exportaciones, si estamos ante lo que puedo ser otra campaña muy flojita, como puede ser la próxima, no resulta de lógica alguna que el aceite de oliva tenga los precios que tiene y se esté vendiendo en España a menos de la mitad de lo que se puede vendar en Italia o en otros países, por lo que o bien el mercado está loco muy loco, o alguien está haciendo las cosas mal, muy mal o demasiado bien que nos tiene continuamente el pie puesto en el cuello.

SUSTITUCIÓN REAL


El Rey de todos los españoles D. Juan Carlos I de Borbón, ha anunciado que deja el trono para dar paso a su hijo Felipe, y ostente el reinado de Felipe VI a partir de ahora y con carácter vitalicio, que como no podía ser de otra forma, reinara en nuestro país a la vez que ostentará la Jefatura del Estado durante todo reinado.
La noticia de la Abdicación del Rey, aunque esperada y deseada por muchos, no ha de dejado de ser sorprendente a casi todo el mundo con esta decisión, pues parecía que teníamos Rey para mucho rato y que por supuesto aún le quedaban años para que pudiéramos ver un relevo tan importante en la Monarquía.
La Monarquía Española quedó perfectamente consolidada en la Constitución de 1.978, generando a lo largo de todo el Reinado de Juan Carlos I de Borbón, muchas controversias que poco a poco se ha ido ganando el desprecio de muchos ciudadanos y ciudadanas Españolas, hasta encontrarse en estos días con un amplio rechazo social en la calle, en la que se manifiestan miles y miles de personas, pidiendo que se convoque un referéndum para que el pueblo pueda decidir si quiere como forma política del Estado, una Monarquía Parlamentaria como la actual, o una República en la que el pueblo pueda expresarse libre y voluntariamente en las urnas, para elegir al Presidente de la República. Referéndum que no es el cauce adecuado para decidir si los españoles y españolas, queremos Monarquía o República. Pues como todo el mundo sabe o debería saber para que en España podamos tener una República, la única forma de lograrlo es mediante una modificación de la Constitución de 1.978, y en la misma ya viene regulado como se debe abordar dicha modificación.
El momento en la historia de España, será un gran acontecimiento y cuando pasen cientos de años, estará en los libros de historia como un hecho de gran relevancia, ocurrido en la vida social y política de España, ya que se pone fin a treinta y nueve años de reinado de D. Juan Carlos I, durante los cuales muchos de los jóvenes y no tan jóvenes de hoy en día no han llegado a conocer otra cosa, ni otro Jefe de Estado que el que tenemos que probablemente ha tenido muchos aciertos, pero también ha tenido sus sombras y lados oscuros que casi nadie desvelará o si se desvelan no se le dará importancia alguna.
Felipe VI tiene un importante reto ante sí, de tal manera que pueda volver a elevar el carisma y la popularidad de la Monarquía a los niveles de los primeros años de la transición, donde los Reyes de España eran muy queridos por la inmensa mayoría del pueblo Español, y sobre todo tenían un reconocimiento y prestigio internacional que permitían abrir muchas puertas en la gran mayoría de los países de mundo. Siendo esta simpatía y prestigio la que poco a poco ha ido calando entre la ciudadanía, aquello de que España no era monárquica, sino Juan Carlista, de tal manera que mientras estuviera en el trono este Rey, nadie iba a cuestionar la institución de la Corona.
Pero ahora parece que a partir del próximo día 18 de junio ya será coronado Rey el Príncipe Felipe, y que tomará el relevo de su padre en una de las situaciones más complicas y convulsas que ha vivido nuestro país desde que se restauró la democracia allá por 1.978, que le obligará a emplearse a fondo en tratar junto con el Gobierno de buscar soluciones a los problemas que viven millones de españoles y españolas, pues de lo contrario seguro que ese dicho de la España Juan Carlista irá creciendo día tras día, hasta que consiga ese punto de inflexión y con él la correspondiente modificación constitucional que cambie la forma política del Estado Español hacía la tercera república que deje apartada a la monarquía tal como muchos la hemos conocido.