Ahora cuando de nuevo
se viene hablando en Bruselas de la reforma de la Política Agraria Comunitaria,
se vuelve a encender la bombilla para el olivar tradicional de elevada
pendiente, de altos costes de producción y baja rentabilidad. Olivar que viene
atravesando desde hace décadas una situación cuando menos complicada en la que
su subsistencia está en entredicho y hace muy difícil que las familias que viven
de este tipo de olivar, puedan resistir con las rentas que le viene
proporcionando el cultivo, por lo que no les queda más remedio que tener de
abandonarlo y emigrar para buscar mejor suerte en otros sectores o en otros
trabajos, algunos de ellos a miles de kilómetros de distancia de su pueblo
natal o de residencia habitual.
Ahora parece que a todo
el mundo le corre prisa por arreglar muchos de los desaguisados que en el
pasado no fueron capaces de resolver, muchos de ellos incluso enfrentándose a
las propias pretensiones que exigía el sector, dándoles la espalda en aquel
momento con argumentos de todo tipo, para dejar en la estacada a ese olivar
tradicional, que ahora esos mismos dicen que es el más necesitado, cuando no
hicieron nada por él en el momento que lo podían hacer.
La necesidad del olivar
tradicional de ahora es la misma que la que tenía este olivar en el año 2013
cuando se puso en marcha la actual reforma de la PAC, y se podía establecer una
ayuda asociada al cultivo, que desde esta provincia se pidió por activa y por
pasiva y que el Ministerio de aquella época, una y otra vez le dio esquinazo
para tratar de desviar esos fondos hacia otros sectores que ellos consideraron
de mayor importancia social y económica que la que tenía el olivar tradicional
en muchas comarcas y pueblos de nuestra provincia.
Desde aquel Ministerio
de Agricultura del año 2013, se ninguneó a la provincia de Jaén entera, pues se
pasaron por el arco del triunfo las propias resoluciones del Consejo Provincial
del Aceite de Oliva, quien pedía de manera unánime la aplicación de esa ayuda
asocia para el olivar en pendiente y de bajos rendimientos, que es el que
tenemos en amplias zonas de la provincia, con pueblos enteros en los que se da
sólo este tipo de olivar, que sirve para que sus vecinos y vecinas puedan vivir
de un cultivo social que ha venido a lo largo de la historia fijando la población
al territorio y generando riqueza y empleo en su municipio.
Es sorprendente cuando
uno ahora lee mociones y documentos del Partido Popular, que gobernaba en
aquella época, pidiendo que se rebajen los módulos de los olivareros, y
argumentando que el actual Gobierno se ha olvidado de los olivareros de la
provincia de Jaén y sobre todo de los del olivar tradicional. Olivar que ya
dejaron ellos abandonado a su suerte en el año 2013, provocando una pérdida de
población importante en muchos de nuestros pueblos, que ahora se encuentran en
una situación bastante crítica.
La situación que vive
el olivar tradicional no es nada fácil, más bien agónica diría yo, por lo que
no podemos demorarnos y perder más tiempo, teniendo que actuar más pronto que
tarde, por si queremos de alguna manera salvar a este tipo de olivar. Porque de
no ser así, seguirá abandonado a su suerte y avocado a su desaparición lenta
pero constate, con las nefastas consecuencias que nos
vendrían acompañado a su desaparición.