Esta semana los independentistas y el bloque de la
derecha de este país no le ha temblado el pulso para devolver los Presupuesto
Generales del Estado al Gobierno, sin entrar a debatirlos y analizarlos partida
por partida y así poder saber que es lo bueno o lo malo que traía esta Ley de
presupuestos para la ciudadanía Española en cada lugar o en cada momento. Unos
presupuestos que son tumbados, así sin más, por los votos en contra de los
Partidos Catalanes junto con los del Partido Popular y Ciudadanos.
Incluso la propia Presidenta del Congreso de los
Diputados, le ha tenido que recordar a algún portavoz que hablara de
presupuestos, porque parecía que el debate era otro muy distinto en lugar de
los propios Presupuestos Generales del Estado. Un debate que deja a las clara
que a los Independentistas le importa bien poco el bienestar de los ciudadanos
y ciudadanas, incluidos los de su propia Comunidad Autónoma. Mientras al bloque
de la Derecha lo único que le importa es el acoso y derribo del Gobierno para
que se tengan que convocar elecciones cuanto antes y tratar a toda costa de
llegar ellos al poder sea como sea, incluso utilizando pactos que si los vieran
en otra formación política los criticarían muy duramente.
Este rechazo a los Presupuestos Generales del Estado,
quizás de paso a un adelanto electoral, que es lo que la derecha más rancia y
casposa de este país está deseando. Adelanto que tenemos que tratar por todos
los medios de amargárselo en la medida que todos podamos, y no hay otra que es
saliendo a votar en masa de tal manera que cuando se abran la urnas se
encuentren con una desagradable sorpresa y hayan perdido las elecciones, una
vez más, cuando ya se las prometen felices porque aseguran que el triunfo está
garantizado.
La no aprobación del proyecto de ley de Presupuestos del
2019 envía a la papelera decenas de medidas para aumentar el gasto social, pero
también lanza al cubo de la basura una decena de subidas tributarias con las
que el Gobierno pretendía financiar su giro social. Hay otras medidas, que pese
a todo, seguirán adelante, pues su aprobación se encauzó en reales decretos
previos. Lo más probable, no obstante, es que todas las medidas de la papelera
puedan ser recicladas y cobrar una segunda vida en forma de programa electoral.
La situación para las clases medias se nos pone un poco
más cuesta arriba, por haber perdido todas esas medidas sociales que pretendía
poner en marcha el Gobierno con la aprobación de los presupuestos y que ahora
no sólo no van a ser aprobadas sino que se ciernen unas elecciones que la
derecha está deseosa de ganar para poner en pie de nuevo sus políticas de
recortes sociales mientras perdona o elimina impuestos para los ricos, como ha
sucedido en Andalucía con el impuesto de sucesiones, pasando por alto muchos
principios constitucionales que parece que con ellos no van ninguno.
Ahora haciendo un símil taurino, los presupuestos serán
devueltos a los corrales, y el margen que tiene el Gobierno es muy estrecho y
las salidas son bastante pocas sobre todo ante la intransigencia de los
nacionalistas catalanes que quieren a toda costa someter al Gobierno a un
chantaje al que está claro que no se ha consentido ni se va a consentir.
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