El
pasado sábado pude asistir a un acto benéfico organizado por la asociación de
enfermos de párkinson, en el que actuaban un gran número de artistas, sobre
todo aficionados de todas las ramas del espectáculo, desde bandas de música,
hasta cantaores y cantaoras flamencos o bailaores y bailaoras, todo un gran lujo para una gran
acción benéfica que de manera altruista hacían estos artistas durante muchas
horas a lo largo de toda la noche.
Cuando
entré al acto me dio mucha alegría y a la vez tristeza. Alegría porque se
trataba de un acto benéfico por una gran causa, y había un gran número de
personas que no les había importado nada el pagar sus dos euros de la entrada
para colaborar por esta causa y aportar su granito de arena. Tristeza porque
una vez más los ciudadanos tenemos que dar una lección de solidaridad a nuestros
gobernantes para que se puedan desarrollar proyectos de investigación y
terapias que permitan paliar cualquier enfermedad por muy rara que sea,
mientras vemos como año a año se van reduciendo los presupuestos en I+D+i,
provocando que enfermos y asociaciones se tengan que movilizar para conseguir
fondos, para destinarlos a estos fines, en lugar de hacerlo el gobierno, que es
a quien le corresponde.
Realmente el ambiente de fiesta y júbilo allí vivido
en este acto eclipsaba cualquier otra cuestión, pues mientras el numeroso
público se distraía con los acordes de una banda de música u orquesta, o con
los ritmos de algún grupo de baile de los muchos que allí se subieron al
escenario, o las alegres músicas de la charanga que entre el público tocaba
para distracción de niños y mayores. El Gobierno volvía a dar una vuelta de
turca a los fondos destinados a la investigación, dando una mortal estocada
para que enfermedades como ésta y otras muchas más se queden sin apenas líneas
de investigación que permitan avanzar sobre la enfermedad y sus cuidados
paliativos, de tal manera que los enfermos y sus familiares se ven cada vez más
abandonados a su suerte y sin un protocolo claro que les permita ver un halo de
luz en esta enfermedad para poder tener una vida mucho más saludable.
Ciertamente a poco se que destinara algo más de
presupuesto para investigar estas enfermedades, se lograrían muchos resultados
en la mayoría de los casos inesperados que darían lugar a hacer más llevaderas
este tipo de enfermedades y porque no decirlo, en un futuro quizás hasta su
erradicación. De tal manera que estos actos benéficos, se seguirían haciendo,
claro que sí, pero en lugar de para recaudar fondos para la investigación y el
desarrollo de las enfermedades, serian para celebrar los logros de los
investigadores, de tal manera que la sociedad en general pudiera percibir la
gran labor tan silenciosa que muchos profesionales de la investigación realizan
en nuestro país.
La solidaridad del pueblo llano no tiene límites y
nunca los ha tenido, consiguiendo que con un poco de imaginación y la
colaboración altruista de mucha gente se pueda llegar a grandes metas. Tanto es
así que en épocas como estas suplen la falta económica que desde la
insensibilidad de un Gobierno se pretenda implantar, dando autenticas lecciones
de que es lo prioritario en cada momento y en cada ocasión y por supuesto
enviando un aviso importante para que nadie se olvide de que enfermedades de la
llamadas raras existen y que el campo que tiene por delante está aún muy sin
descubrir, y todo el dinero que él se invierta puede ser poco para los logros
que hacen falta, pues al final todo esto redundaría en una mayor esperanza de
vida y de mayor calidad para los
enfermos y por supuesto menos amargura y desesperación para unos familiares que
sin padecer la enfermedad, también vienen a ser grandes sufridores de la misma.
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