Hace ya algo más de tres semanas que empezó a llover sobre la provincia de Jaén, y ya tenemos los embalses llenos a rebosar y los campos completamente anegados. Pero las consecuencias de la lluvias son muy dispares, y sobre todo cuando más de dos mil vecinos de los pueblos de Campillo del Río, Vados de Torralba, Sotogordo o Torrequebradilla, se encuentran desde entonces incomunicados por no poder cruzar el Río Guadalquivir, por el único sitio posible para hacerlo, un vado que cuando al Río grande de Andalucía se le hinchan las narices salta por encima de él sin impunidad alguna.
El puente este se construyó en los años sesenta cuando el medio de locomoción era los carros tirados por los mulos o simplemente algún que otro coche en algunos de estos pueblos, años en los que los viajes se realizaban en contadas ocasiones y cuando se hacían se llevaban días preparándolos. Pero ahora la cosa es distinta, los tiempos han cambiado, los vecinos de todos estos pueblos, necesitan comunicarse entre sí, además para los de Campillo del Río sobre todo supone su salida natural hacia la Capital de la provincia.
Ya son tres semanas en donde familias enteras apenas se pueden ver o para hacerlo tienen que dar un rodeo de unos treinta kilómetros en el mejor de los casos, cuando por ese puente sólo tienen que hacer menos de una decena de kilómetros unos y otros. El transporte pesado no puede ir desde Campillo del Río hasta Vados de Torralba por que no cabe por el puente y cuando algún autobús tiene que ir desde Campillo del Río hasta Jaén tiene que hacerlo por Linares o el Puente del Obispo, con el consiguiente aumento de kilómetros en más de medio centenar.
Pero a esto la Diputación o la Junta de Andalucía hacen oídos sordos, les importa un pito que todos estos vecinos estén pasando calamidades e incomodidades, que los jornaleros de unos y otros sitio, para ir a las fincas de cada pueblo tengan que levantarse hora antes. No se a que están esperando para acometer una obra para que ahí se construya un puente como los del siglo XXI, alomejor lo que esperan es que ocurra alguna desgracia personal, para que entonces algún político iluminado, o avergonzado diría yo, en el entierro de esta victima prometa la construcción de ese puente tan necesario para la zona.
Desde los años sesenta hasta ahora no ha habido voluntad política de hacer un verdadero puente, sobre una cosa que ya se encuentra obsoleta, mientras que los vecinos de esta zona observamos atónitos, como se malgastan muchas veces los dineros en tonterías, o los que no dirigen son muy diligentes para pedir al Bruselas fondos para cualquier cosa, y para una necesidad tan imperiosa como esta se las trae al fresco, por no decir otra cosa.
La verdad es que parece mentira que nuestros políticos nos dejen abandonados de la mano de Díos, y en los tiempos en que vivimos, tengamos que estar viendo estas cosas, lamentables pero ciertas.
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