"Actuar es fácil, pensar es difícil; actuar según se piensa es aún más difícil"

LOS EX - MINISTROS Y LA CORRUPCIÓN

En estos días estamos asistiendo a una imagen poco usual en política en nuestro país. Vemos a un antiguo Ministro y Presidente de una Comunidad Autónoma, entrando en los juzgados, y saliendo de ellos con la mayor fianza que se ha podido fijar en un juicio de estas características, todo ello debido a que el Fiscal ve serios indicios de delito, en los hechos cometidos por el Señor Matas, y que desde el Juzgado Mallorquín se están analizando, y por ello en su día será juzgado.
Es penoso y cuando menos lamentable, y a todos se nos queda la cara desencajada, cuando asistimos a estas acciones por parte de los que un día vinieron para darnos lecciones de buena gestión y honradez, los que decían que serian implacables con la corrupción, los que pusieron en solfa a todo un Gobierno de este país por titubear ante cuestiones parecidas a estas.
Acciones como esta acaban degenerando a toda la clase política de España, tiran por tierra la buena labor que se pueda hacer por ellos tanto desde los partidos, como desde las instituciones que gobiernan, por que al final los ciudadanos terminaremos diciendo que son todos iguales, y que van de lobos con piel de cordero, y el que tiene las llaves del cajón es el que mete la mano cuando la apetece sin miramiento alguno.
Lo bueno que tenemos en España es que existe un Estado de Derecho por el que nadie puede pasar por encima de él, por muy Ministro que haya sido, o Presidente de una Comunidad Autónoma. Y ese Estado de Derecho, es el que hace que la justicia, aunque lenta, termine golpeando a quien no cumple las normas y leyes que lo presiden.
En casos como estos tenemos que acudir al refranero Español e invocar el viejo dicho de quien la hace la paga, y al Señor Matas le ha tocado ahora dar explicaciones ante la justicia de cual ha sido su forma de proceder en todas estas actuaciones, y por supuesto, todo ello presidido por la presunción de inocencia que propugna la Constitución Española. Pero ante el más mínimo indicio de delito en cualquier ciudadano de este país, debe caerle todo el peso de la ley de manera contundente. Por dos motivos principalmente, uno para que si se ha cometido los delitos por los que se le imputa, pague con arreglo a la ley, y otro para que nadie que está en política se crea que esto es su cortijo y puede hacer de él lo que le apetezca.
Además de la responsabilidad judicial, existe la responsabilidad política, y en eso el presidente del Partido de este destacado miembro de él y líder de la oposición, no puede temblarle el pulso en adoptar medidas serias y firmes que despejen cualquier duda de sombra, o de cobijo de corruptos en un partido político, que algún día aspira a gobernarnos. Y está claro que los partidos no son los corruptos, que son las personas, pero estos también se vuelven corruptos si entre sus filas esconden a quien la justicia persigue por estos graves delitos.

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