"Actuar es fácil, pensar es difícil; actuar según se piensa es aún más difícil"

AQUELLOS PROPOSITOS DEL VERANO

Cuando empezó el verano, todos hicimos un gran número de propósitos, para el periodo estival. Propósitos que en su inmensa mayoría se han quedado en el tintero, y prácticamente casi ninguno lo hemos realizado tal  como nos lo propusimos, pues los Españoles somos muy dados a plantear retos que al final no cumplimos y que cuando nos los recuerdan volvemos la mirada hacia otro sitio como si con nosotros no fuera, y como si el propósito lo hubiese echo otra persona, que además no estaría muy bien de la cabeza cuando lo hizo.
Quien no se ha propuesto hacer deporte durante el verano, y después de comprar el correspondiente atuendo deportivo de una prestigiosa marca de gran renombre en el mercado, tan sólo nos ha servido para un par de días o como mucho una semana. Pues al final terminamos buscando la excusa perfecta para no continuar con el deporte, ya que eso no es lo nuestro y es un propósito inalcanzable.
O aquel estudiante que los exámenes del curso escolar lo le han salido tan bien como el planeaba, y se había propuesto desde el día que supo las notas, hacer un buen trabajo de tal manera que en el verano recuperaría el tiempo perdido, y cuando el calendario anda por el veinti tantos de agosto, se da cuenta que no ha pasado del índice del libro y que sólo le quedan unos días para los exámenes de septiembre.
Y el propósito que seguramente más hacemos todos los Españoles, no es otro que el de leernos ese libro que ha sido número uno de ventas, o que nos habían regalado con motivo de la celebración de nuestro cumpleaños y cualquier otra onomástica y cuando le dimos los cumplidos a quien nos lo regaló, muy gentilmente le dijimos, que lo leeríamos tranquilamente en las vacaciones. Pero el primer día de vacaciones se empieza muy fuerte, nos leemos el prologo, y el primer capitulo, pero luego cada vez la líneas se juntan más y más y terminamos por abandonarlo a su suerte en la mesita de noche cuando menos, o de adorno en cualquier estante del mejor mueble de la casa.
Bueno, y que decir del mayor de los propósitos, que tenemos todos cuando empezamos nuestras vacaciones, de imitar al mejor estilo de bricomanía y ponernos manos a la obra con todas las chapuzas habidas y por haber en la casa; barnizar puertas, arreglar las cisternas que dan agua, cambiar bombillas, dar esa mano de pintura que tanta falta hace. Y para eso nos proveemos de los mejores instrumentos y materiales que hay en el mercado, como si se unos grandes profesionales se tratara, pero cuando lo tenemos todo empantanado, tenemos que llamar al pintor, al fontanero o al electricista, por que de lo contrario pasaremos una larga temporada sin puertas, con la pintura por medio o echando cubos de agua al retrete por que la cisterna ya no funciona nada.
En definitiva, propósitos y más propósitos que para cada verano nos hacemos siempre los mismos, y cuando vemos los anuncios de la vuelta al cole, nos damos cuenta que ningún propósito de los que al inicio de vacaciones nos hicimos se ha cumplido.

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