LOS ÚLTIMOS TREINTA AÑOS

El pasado domingo se celebraba el treinta aniversario del día de Andalucía. Treinta años en la historia de un pueblo, es muy poco visto de esta manera, pero la historia de Andalucía se remonta siglos atrás como escribiera el padre de la Patria Andaluza, Blas Infante, en su Himno al decir “La bandera blanca y verde, vuelve tras siglos de guerra. A decir Paz y Esperanza, bajo el sol de nuestra tierra”. Y volvió a ser lo que fue, y aquellos andaluces y andaluzas que en 1.980, unos de manera pública y otros de forma anónima volvieron tras siglos de guerra a darle a Andalucía ese impulso que necesitaba dejando atrás tópicos y luchando contra todos los poderes fácticos del Estado que voceaba por todas las esquinas aquello de Andaluz, este no es tu referéndum.

Y con voz firme como reclama nuestro himno, los andaluces y las andaluzas se levantaron, para pedir tierra y libertad y conseguir una Andalucía libre que brilla cada día más bajo el sol de nuestra tierra. Y tras una treintena de años hemos demostrado día a día que aquello que en 1.980 supuso un levantamiento pacifico, social y en cierta medida revolucionario que llevo a esta Andalucía a su nivel máximo de competencias. Competencias que han servido para que Andalucía sea unas de las regiones más prosperas de toda Europa, para que desde aquí se irradien talentos en cualquier parte del mundo, para que estemos a la cabeza en innovación y tecnologías, para que sectores tan importantes como la agricultura y la ganadería, quedaran asentados en el territorio; creando miles de puestos de trabajo y manteniendo un medio rural que es la envidia de cualquier comunidad autónoma de España, en las que en muchas ocasiones nos ponen como un ejemplo a seguir.

Han sido los últimos treinta años de la Patria Andaluza que cuenta con siglos en su haber, años de prosperidad y de autogobierno, donde las cosas se han ido realizando con mesura y tesón, con paso firme y sin temblar el pulso, para plantar cara a quien haya sido necesario, para demostrar que la identidad andaluza tiene un grado muy alto y un gran puesto en el estado de las autonomías.

Esta gesta tal vez se volvería a repetir, por que el pueblo Andaluz ha pasado siglos de guerra y para nada le ha importado levantar al voz para pedir paz y esperanza, como la levantaron todos los andaluces y andaluzas aquel 28 de febrero de 1.980, y que aunque muchos se encargaron de intentar tratar de aguar la fiesta a toda costa, haciendo las trampas habidas y por haber; pero no hubo manera, por que este pueblo estaba firme, sabiendo muy bien lo que quería, no cedió ni un milímetro en todas sus pretensiones, teniendo el gobierno de Suárez que ceder a todas las peticiones de ese Estatuto de autonomía, por la vía del artículo 151 de la Constitución que un par de años atrás había aprobado el pueblo Español y por supuesto el Andaluz.

Treinta años son pocos, pero son muchos cuando se ha ido aprovechando hasta el último segundo de ellos consiguiendo una Andalucía libre, por España y la Humanidad.