Hace unos pocos días, un potente terremoto devastaba el país más pobre de América Latina, reduciendo a un montón de escombros sus pueblos y ciudades y cobrándose más de cien mil vidas humanas de entre los habitantes de él. Es mala suerte que la madre naturaleza se cebe en zonas como estas, a las que sistemáticamente se las viene castigando con huracanes y terremotos de esta magnitud, y cuando no aparecen dictadores que someten a la población, atropellándolos y esquilmando de manera impune todas sus riquezas.
Las imágenes que hemos visto han sido dantescas que a cualquiera le remueven la conciencia, e incluso a algunos se nos llenan los ojos de lágrimas de rabia e impotencia, al ver como por caprichos de la naturaleza un pueblo queda destruido y casi desaparecido del mapa.
Hemos visto como los cadáveres se apilaban en la calles, como incluso había dificultades para poder darles sepultura a muchos de ellos, como la gente llora de desesperación la perdida de sus seres más queridos, y muchos de ellos el ni tan siquiera conocer el paradero de algunos de sus allegados. Mucha gente lo ha perdido todo, su casa, su familia, su trabajo. Y como pueden tratan de reponerse al sobresalto de este duro golpe, por que para ellos, aunque amarga la vida sigue.
La solidaridad llega desde todos los rincones de este planeta, y en eso los ciudadanos Españoles estamos muy bien acostumbrados, y fueron de los primeros en llegar, nuestros bomberos sin fronteras, los que allí se marcharon, para iniciar a la desesperada el rescate con vida del mayor número de supervivientes posible. Y lo han conseguido cada día entre la angustia y desesperación que nos producía ver imágenes de muertos, incluso que la tristeza llegara hasta compatriotas nuestros, aparecía de vez en cuando la noticia de que algún equipo de los nuestros rescataba desde entre los escombros algún superviviente, habiendo pasado ya muchos días.
Me llamó mucho la atención cuando hace unos días en una emisora de radio le escuche una entrevista a unos de estos bomberos, y explicaba con todo detalle como se habían producido alguno de estos rescates, y como se le quebraba la voz al recordar el rescate de unos niños en una escuela, a la que seguro que ya no volverán a ir más niños, por que estaban casi todos muertos. Para ellos deben ser momentos muy duros ver estas imágenes, y tener que sobreponerse a ellas por que saben que unos metros más allá hay alguien que los necesita con urgencia y rapidez.
El golpe ha sido muy duro, Haití le costara recuperarse de él, pero la comunidad internacional tiene que redoblar todos esos esfuerzos, para conseguir que este país vuelva a la normalidad lo antes posible, aunque en él la normalidad será difícil de alcanzar, después de este terremoto.
Estos momentos hacen historia, tanto para los habitantes de este país como para los del resto del mundo y seguro que en la vida de todos habrá un antes y después del terremoto de Haití.
No hay comentarios:
Publicar un comentario