"Actuar es fácil, pensar es difícil; actuar según se piensa es aún más difícil"

LA DEMOCRACIA INTERNA EN LOS PARTIDOS

Hace unos días que apareció el revuelo de la primarias en Madrid entre Trinidad Jiménez y Tomás Gómez en el seno del Partido Socialista de Madrid, y con este anuncio que no es baladí, muchos se rasgan las vestiduras, dentro del  propio partido socialista, y otros de otras formaciones tratan de aprovecharlo políticamente, intentando hacer ver a la sociedad que el partido Socialista, con esta gesta de las primarias, se encuentra más dividido que nunca y que no es capaz de gobernar su propia casa, cuanto menos la Comunidad Autónoma de Madrid.
Pero hay una cosa que tenemos que tener clara, y es que el artículo 6 de la Constitución Española de 1.978, propugna que la estructura interna y funcionamiento de los partidos políticos, deberá ser democrático. Por lo tanto si el máximo esplendor de la democracia es la cita de los electores a las urnas. Trasladando esto a los partidos políticos, seria la cita de los militantes a las urnas, cuestión esta que no es ni más ni menos que la que va a ocurrir en la Federación Socialista Madrileña.
Es por ello por lo que no se debe ver esto de las primarias como un signo de debilidad del cualquier partido político, sino más bien de fortaleza y participación de sus bases en las decisiones importantes del partido, tales como quien será la cabeza del cartel en unas determinadas elecciones. A la vez que están cumpliendo con el mandato constitucional del artículo 6 de la Constitución del 78.
A partir de ahí cualquier candidato que haya sido elegido en un proceso de primarias por la militancia de su formación política, se tiene que ver legitimado doblemente frente al electorado ante el cual concurre y sobre todo delante de sus propios adversarios de los demás partidos, por lo que para nada esto es signo de debilidad política en un partido, sino de empuje y reforzamiento de su candidato.
Ahora bien aquellos candidatos que concurren a unas primarias, tienen que ser lo suficientemente inteligentes, para que con las primarias, no se haga el efecto contrario de abrir una brecha. Y una vez que los militantes han decidido con sus votos quien es esa cabeza de cartel, tiene que producirse un cierre de filas por ambas partes, unos para apoyar al ganador, y otros para que haya una integración plena y efectiva por parte de todos los que han participado en esta bonita exaltación de la democracia interna en un partido. Pues aquí, y a partir de ahí no puede haber ni vencedores ni vencidos, ya que a quien toca derrotar ahora es al partido político que tenemos en frente, que es con quien de verdad se concurre en las urnas en las distintas elecciones que se puedan celebrar, a nivel estatal, autonómico, o local.
Así es que, es bueno que haya elecciones primarias en cada partido, para que se tenga una verdadera democracia interna, y que sean los propios militantes quienes digan quien quieren que los representen en las instituciones y no que se tenga que tener un buen padrino para poder llegar a ser alguien en política como ocurre en la mayoría de los partidos políticos.

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