"Actuar es fácil, pensar es difícil; actuar según se piensa es aún más difícil"

MIGUEL DELIBES

Hace unos días Miguel Delibes emprendía su último camino en esta vida, camino que le lleva hasta un lugar en el que no podrá empuñar su pluma para hacer letra el habla castellana que tan a gala ha paseado por todos los rincones por donde ha ido pasando. Ha sido el mejor escritor de la literatura Castellana hombre humilde donde los haya, que ha dedicado su vida a la naturaleza que le ha servido de inspiración en un gran número de sus obras que luego nos llegan hasta nosotros en forma de letra y que se quedan como legado para que podamos disfrutar con ellas para siempre.
No podía esta semana dedicar estas líneas a otra cosa que no fuese un recuerdo a la memoria de este excelente escritor, por que todavía me acuerdo que cuando ni tan siquiera era un adolescente, cayó en mis manos El Diario de un Cazador. En aquellos entonces, la leí con detenimiento y me encanto la forma que este hombre, para mi desconocido, tenía de expresar las vivencia de aquel chaval y de su forma de ser,  a pesar de ser la caza el tema central de esta novela, Delibes marco mi juventud en cuanto a mi gusto por la literatura, me ha llenado con sus historias, aventuras y desventuras, pero siempre, recordaré sobre todas, este libro. Que nos enfoca la vida de un "correpasillos" aficionado a la caza casi, por encima de todo. Pero no es una historia para cazadores exclusivamente, ni mucho menos, si no un entramado perfecto para deleitarte con  la vida de un hijo con su madre, de un joven con su amada, de un amigo de sus amigos.
A este libro le siguieron muchos más, Aún es de día, El camino, Mi idolatrado hijo Sisí, La hoja roja, Las ratas, Cinco horas con Mario, cuya adaptación teatral es de 1979, Parábola del náufrago, Las guerras de nuestros antepasados, adaptada al teatro en 1990, Los santos inocentes, llevada al cine por Mario Camus, Señora de rojo sobre fondo gris, Coto de caza, entre otras. En 1980, el VII Congreso Internacional de Libreros, celebrado en Valladolid, rindió homenaje al escritor. El gran título de este periodo fue Los santos inocentes, publicado en 1981, radiografía social donde noveliza la degradación de una familia rural explotada por los caciques de la Extremadura rural.
Se va, pero se queda, porque aún podemos oír al señor Cayo, y ese descreimiento natural del poder detentado por los hombres, y podemos sentir la compasión, inteligente y beatífica, de los santos inocentes. No se trata de hacer un recorrido por la obra del maestro, que lo ha sido de toda una mitad del siglo veinte, reconocido tanto por Umbral como por tantas promociones posteriores.
Miguel Delibes fue sobre todo el escritor del campo y la España profunda, como escritor, Delibes es un ejemplo del alma de Castilla, con sus giros lingüísticos, con la exaltación del paisaje y de los hombres que lo mantienen, con los problemas del hombre de las pequeñas ciudades. Todo eso y mucho más es el Delibes novelista. Que dicen que se ha muerto, pero no lo creáis que su obra estará aquí para siempre y no faltará quien la recuerde de alguna manera.

No hay comentarios: