"Actuar es fácil, pensar es difícil; actuar según se piensa es aún más difícil"

DORMIR AL RASO

Todavía faltan algo más de un par de semanas para el inicio de la campaña de recolección de la aceituna y ya vemos a un gran número de inmigrantes deambulando por las calles de nuestros pueblos, incluso llegando a producirse algunos asentamientos como el que esta ocurriendo a las puertas del albergue de la capital Jiennense.
La llegada de inmigrantes para la recolección de la aceituna en esta provincia, desde el punto de vista laboral, es lo más lógico que hacen los flujos migratorios en el peregrinar de las distintas campañas agrícolas que se suceden por toda la geografía de nuestro territorio nacional, y máxime cuando aquí se anuncia a bombo y platillo que tendremos casi siete millones de jornales en recolección y alrededor de trescientos mil en las almazaras y las cooperativas. Por lo tanto es muy lógico y lícito que cualquiera venga por estas tierras con el fin de llevarse al bolsillo alguno de esos siete millones de jornales que se generan.
El problema lo tenemos cuando tratamos de ver las cuestiones de la inmigración desde la perspectiva social, en lugar de verlo como lo que es, un problema laboral, que de no tratarlo bien puede devenir en uno social.
Casa mal que se reúna el foro de la inmigración e inicie una campaña para concienciar a los trabajadores temporeros de que no se necesita mano de obra en esta provincia, más allá de la autóctona, y que luego a la semana siguiente por parte de la Consejera de Agricultura, se anuncie que tendremos un 25% más de cosecha este año, nada más que con este gesto estamos haciendo un efecto llamada, que además se vuelve en contra principalmente en los municipios que tienen albergues de temporeros.
Los albergues de temporeros, para estos municipios llegan a ser perversos, pues la Junta de Andalucía, desoyendo las conclusiones de las jornadas que se organizaron en el verano en Jaén, para poder buscar una solución al problema de la inmigración en la provincia, autoriza que puedan estar en los albergues de temporeros todas las personas que por estas tierras vengan, tengan o no tengan documentación para trabajar y por lo tanto es un buen lugar para poder pasar algunas noches en las que el frío arrecia en las grandes ciudades, que por supuesto no disponen de ningún tipo de centro de transeúntes.
Los meses de noviembre, diciembre y enero, son siempre los más conflictivos, en el primero por que aún no se ha comenzado la campaña, y el los otros por que las personas que por los albergues circulan, no tiene su documentación en regla para poder ser contratados por ningún empresario agrario.
Y ante todo esto comienzan a llegar los medios de comunicación, nacionales e internacionales, por que el reportaje lo tienen asegurado, y las fotos de los inmigrantes durmiendo en la calle dan la vuelta al mundo en pocos minutos, dejando en muy mal lugar la clase empresarial de Jaén, y por que no decirlo los poco solidarios que somos por estas latitudes al dejar abandonados a su suerte a miles de inmigrantes que llegaron hasta aquí muchas veces victimas de la ignorancia, o quien sabe si en las redes de alguna mafia.

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