Tradicionalmente ha sido siempre a partir del puente de la Purísima cuando arrancaba la campaña de recolección de la aceituna en la provincia de Jaén, era cuando miles de aceituneros, se echaban al campo, para la recolección de millones de toneladas de aceituna que tras la correspondiente molturación daban el preciado oro liquido que de tan sustento ha sido para miles de familias en Jaén.
Cada año que pasa la campaña de hace mas multicultural, si la miramos desde el punto de vista de las distintas culturas que hasta aquí llegan para intentar echarse al bolsillo alguno de los millones de jornales que la aceituna da. O podemos definirla también como multiétnica, si lo miramos desde un punto de vista de la raza, pues en Jaén ya estamos en condiciones de afirmar que por nuestros campos andan jornaleros de los cinco continentes, que dan colorido a las cuadrillas que en cada tajo recogen este preciado fruto.
Senegaleses, Rumanos, Búlgaros, Magrebies, etc., todo un crisol de culturas y razas que conviven plenamente con los trabajadores autóctonos y empresarios de está provincia, sin ningún tipo de problema ni discriminación, si no desde el punto de vista de una simbiosis en la que cada parte se lleva su correspondiente beneficio, que el olivar les brinda a cada uno, como fuente de riqueza y empleo.
Atrás quedan aquellos años en los que las familias enteras se desplazaban hasta nuestra provincia, sobre todo desde las provincias más occidentales, como la de Sevilla o Málaga, en las que la aceituna se verdeaba y la campaña terminaba mucho antes que la nuestra. Aunque todavía se siguen viendo algunas de estas familias en algunos de nuestros tajos, que muchas veces son ya la segunda o tercera generación de aquellos que antaño, de jornaleros por estas tierras llegaban.
Esta campaña esta marcada por la crisis de precios que vive el sector y el desanimo y desidia cunde por todos lo olivares, apoderándose esto de las conversaciones en las colas de las cooperativas y almazaras de la geografía jiennense, donde con casi exclusividad no se habla de otra cosa. Pero para nada el precio no está nunca reñido con la calidad del producto final, y el oro liquido que de las aceitunas se exprimirá será de una calidad excepcional, no sólo por los mimos a los que las someten los agricultores durante todo el año, si no también por la recolección de esas manos expertas que de manera multicultural llegan hasta Jaén.
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