"Actuar es fácil, pensar es difícil; actuar según se piensa es aún más difícil"

OJO CON MORIRSE

Cualquiera que hojeando la prensa de esta provincia, vea la noticia que una familia tarda más de doce horas en obtener el permiso para poder dar la sepultura que su familiar se  merece, se llevaría las manos a la cabeza cuando menos, y no sólo eso sino que le transportaría hasta otras épocas en las que cualquier trámite era lento y tortuoso hasta no poder más.
Pero uno no sale de su asombro máxime cuando leyendo la noticia más a fondo, la cuestión es debida a que su familiar de casi 80 años tenia el Documento Nacional de Identidad caducado, cuestión ésta que se da en la inmensa mayoría de nuestros mayores, bien por dejadez, bien por desconocimiento, o bien por estar imposibilitados a esos años para acudir hasta las dependencias de la Policía Nacional para proceder a su renovación.
Para cualquier persona sensata, decisiones como esta de no expedir el correspondiente certificado de defunción, por estar el carné caducado, rayan en el esperpento más absoluto, de tal manera que podíamos compararlo con aquellas historias de la guerra que Gila contaba en sus tiempos, o aquel don Erre que Erre que Paco Martínez Soria popularizó en esta película, que llevarían a este médico a tomar decisiones de este tipo en unos de los momentos más duros para cualquier persona, que no es otro que la perdida de un ser querido.
La burocracia nos esta llevando en muchos casos a hacer el ridículo, cuando sobre todo se sacan las cosas de quicio, y se adoptan decisiones que para uno tienen poca explicación, pues a pesar de las normas y los protocolos, por encima de todo está el sentido común, aunque como ya es sabido a veces es el menos común de todos los sentidos, para darnos cuenta que los problemas en la mayoría de los casos los crean las personas que están al frente en cada momento de las instituciones de nuestra administración.
No es de recibo que un médico que tiene a su alcance los medios informáticos así como todo el historial clínico de una persona, no pueda o no quiera buscar lo necesario para que pueda expedir el  certificado de defunción, aún cuando el D.N.I. este caducado, pero seguramente coincidan otros muchos datos con los del historial, como la fecha de nacimiento, domicilio, número de documento. En fin un gran número de elementos que nos llevaría a saber de la veracidad de dicho documento, para que los familiares que quizás estén pasando uno de los tragos más amargos de su vida, le puedan dar la correspondiente sepultura, y en el tiempo normal según las costumbres del lugar. Por que la suerte es que aunque por la noche el fallecimiento ocurrió en día laborable que si es en día festivo, pues seguramente la espera hubiera sido de muchas más horas incluso días.
De cualquier manera que esto lo miremos resulta cuando menos gracioso, o lamentable para unos familiares abatidos, y sobre todo tenemos que tener muy en cuenta a la hora de morirnos tener todos nuestros papeles en regla, por que sino vienen los trastornos que como este se pueden acarrear, y por supuesto que no se nos ocurra morirnos con el cané de identidad caducado.

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