Ayer, jueves, se abría el plazo de un mes para que ayuntamientos y diputaciones de las provincias afectadas por los últimos temporales presenten las solicitudes de ayuda para paliar los daños causados en infraestructuras y servicios de titularidad local. En distinta medida, los 97 municipios de la provincia de Jaén resultaron afectados por las intensas lluvias registradas durante el pasado invierno.
En una orden del Ministerio de Política Territorial publicada el día 24 de abril se detalla que las subvenciones se destinarán a proyectos relativos a obras de reparación o restitución de infraestructuras, equipamientos e instalaciones y servicios de titularidad municipal y de las mancomunidades y a la red viaria de las diputaciones provinciales.
Lo ciudadanos de Jaén, vemos como poco a poco se van paliando los daños que el temporal tan extraordinario ha ocasionado en un gran número de infraestructuras y enseres de esta provincia, para poder ponerlo todo expedito igual que estaba.
Pero todavía quedan los daños más importantes que por paliar. Aquellos que se han producido en las infraestructuras agrarias y ganaderas, sobre los que el Gobiernos se esta pasando la pelota de un sitio para otro, sin llegar a poner solución alguna encima de mesa, importándoles muy poco que sean cientos de millones de euros en lo que se cuantifica estos daños.
Aquí se han perdido motores de riego, bombas hidráulicas de las comunidades de regantes, cabezales de filtrado, tuberías de goteo, canales, caminos rurales, tierra fértil, y un largo etc., que nos generaría una lista interminable y que seguramente algo nos dejaríamos fuera.
Y como se dice por estas tierras, ¿ahora quien se va hacer cargo de todos esos daños ocasionados?, que nos llevarán a que muchas explotaciones, no se puedan tan siquiera cultivar, por haber echo el agua, que las infraestructuras del riego o de acceso a las misma se haya quedado impracticables. Y cuando no buena parte de la tierra fértil ha desaparecido, por lo que para poder cultivarla tengamos que tapar grandes carcavas que se han llevado incluso a que los olivos estén río abajo.
Por lo tanto los días pasan y urge cada vez más que haya una línea de ayudas para que esas infraestructuras se pueden arreglar y recuperen los agricultores sus medios de producción que tanta falta le hacen para que su explotación pueda seguir cultivándola con la normalidad que lo venia haciendo hasta ahora. Así pues ya no es hora que sigamos mareando la perdiz, sino que se ponga encima de la mesa un plan de actuación en el que se fije el montante de esas ayudas, el importe unitario, y por lo tanto así cuanto antes podamos disponer de ellas, y que será cuando empezamos a recuperar la normalidad que hasta que llegaron las lluvias teníamos.
Hay que estar de acuerdo que la administración no tiene la culpa de lo que este invierno ha pasado, al igual que ocurre cuando se produce cualquier catástrofe de cualquier índole, con el importe adecuado, por que han sido miles de hectáreas las que han quedado inundadas, millones de euros lo que cuesta arreglarlo todo, y sobre todo y lo mas importante, que detrás de cada hectárea o infraestructura dañada, lo que hay es la cara de agricultores que no en pocas ocasiones, lo han perdido todo y sin nadie lo remedia, están condenados a desaparecer.
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