La primavera ha venido, y nadie sabe como ha sido, en el campo se escucha el cri del grillo, las golondrinas cantan en el amanecer, deseosas de formar sus característicos nidos; tras el duro viaje de miles de kilómetros hasta llevar aquí, para acompañarnos durante esta estación y cuando se marchen, llevarse sus crías que nacieron aquí.
En esta época del año tan especial en el ambiente empiezan a fluir lo aromas de las plantas florecidas, se empiezan a oír los tambores y redobles de Semana Santa y Romerías, con lo que buena parte de la sociedad se siente demasiado identificado, para poder a lo largo de unos días en el año, encontrarse con su particular fe, que le lleva a ver las cosas de diferente manera.
Los días se alargan y las noches se acortan cada vez más, parece como si diera más tiempo a hacer más cosas durante todo el día, quedando tiempo al final del día para poder darnos un paseo y con contemplación ver los coloridos que nos muestra el campo y cualquier parque de alguna ciudad, donde se funden los colores que para muchos nos parecen mágicos, por que se encuentran llenos de vida y pasión.
En la primavera se producen cambios de ritmo interesantes en nuestro organismo, y encaramos las cosas de manera diferente que nos lleva a que parezcamos más activos, nos desenvolvemos con más soltura y casi sin quererlo al final nos damos cuenta que se cumple el dicho que la primavera la sangre altera.
Los árboles que en el pasado otoño se les había caído la hoja, empiezan a brotar, como por arte de magia, entre sus brotes y ramas los pajarillos construirán con esmero sus nidos y harán sus puestas, para cumplir con el ciclo de la vida de procrear y perpetuar su especie.
Esto es así y sin quererlo, nuestro planeta tierra empieza su aproximación al sol con la consecuente subida de temperaturas, para que tras un periodo florido y hermoso desemboquemos en el verano, que será otra historia. En esa aproximación parece como si hubiera algo especial, como si se librara una descara de energía positiva, por la que todos los seres vivos nos hace que tengamos más actividad y podamos llegar a lograr miles de propósitos que desde que el verano acabó nos marcamos con firmeza.
No es casual que esta maravillosa estación ocurran tantas cosas y a la vez casi todas, pero por ello la hace tan especial y nos lleva a que comencemos a poder ver las cosas de manera diferente, con mejor humor y mayor optimismo, donde sin darnos cuenta apenas, nos ha cambiado el animo, y en muchas ocasiones hasta nuestra manera de pensar.
Es hora de que nos tomemos todas estas cosas que nos brinda la primavera con tranquilidad, que nos relajemos y podemos disfrutar de todas y cada una de sus bondades con nuestra mayor vitalidad, para que en un momento tan especial como este podamos respirar fuerte y tomar aire para que muchos de nuestros sueños terminen por hacerse realidad.
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