CRISOL DE CULTURAS

Cada año vamos viendo como llegan hasta la provincia de Jaén, inmigrantes a la hora de empezar la campaña de recolección de la aceituna, este fenemo que hace tan solo una década nos parecía una cosa impensable, la estamos viviendo en nuestros días como algo dentro de una total normalidad que cada vez nos extrañamos menos por él.

En los tajos que podemos divisar a lo largo de la geografía de nuestra provincia, conviven sin ningún tipo de incidencias, un gran número de personas de todas las culturas y todos los colores, desde senegaleses, pasando por marroquíes o latinoamericanos, entre otros, que acuden hasta aquí en busca de un jornal con el que poder sustentarse y si es posible enviarles algo de dinero a los familiares que un buen día tuvieron que dejar atrás en su tierra con todo el dolor de su corazón.

Parándose un poco a pensar es de reconocer la valentía que tuvieron un día para salir de su tierra, muchos de ellos jugándose la vida en travesías y viajes que no son las más deseables para cualquier persona, y llegar con una gran ilusión hasta el llamado primer mundo, para darse cuenta que nada es tan bonito como se lo habían pintado y que en este primer mundo hay que padecer mucho y sobre todo que ahora a ellos le toca hacer los trabajos que nuestros nacionales van desechando, que son en su gran mayoría los más sacrificados y duros.

Tenemos que tener en cuenta que todas estas personas que hasta aquí llegan y que trabajan en cualquiera de las campañas de  recolección de nuestras cosechas, lo hacen para generar riqueza y contribuir a que se puedan sustentar las arcas de nuestro estado, que buena falta nos hacen a todos.

Habría que ponerse en la piel de ellos y analizar cuales son los motivos que los han traído hasta nuestra tierra y la idea que antes de que llegaran se hacen de lo que esto el primer mundo era. Muchos se han dejado embaucar por lo cantos de sirena de unas mafias que lo único que hacen es traficar con ellos como si de cosas se trataran, que soltándolas en la frontera han llegado a la tierra prometida donde encontraran la gran felicidad, y al final muchos encuentran la desesperación y la angustia y no les queda más remedio que tirar para adelante y hacerse fuertes en la jungla del primer mundo.

Pero la llegada de inmigrantes hasta nuestra provincia supone el que en muchos de nuestros pueblos empieza a haber un mestizaje de culturas que como cualquier cosa que empieza su andadura, también es digno de tener en cuenta y de admirar, pues eso enriquece a cualquier sociedad, y máxime a una tan avanzada como la nuestra.

Por lo tanto de cualquier cosa siempre hay que verle su lado bueno y es el que se tiene que aprovechar al máximo, por lo tanto aprovechemos este crisol de culturas que campañas como la de nuestra aceituna nos brinda.