A LA MUJER

El día 8 e marzo de cada año desde hace ya casi dos siglos, cuando un grupo de mujeres tuvieron que pagar con su vida las reivindicaciones justas de unas mejoras salariales, llevo a  que Naciones Unidos en 1.977 a través de una de sus resoluciones instituyera el día Internacional de la Mujer este día. Y creo que es un acierto que se llame así, y hagamos desaparecer la coletilla de trabajadora, por que en realidad todas las mujeres son trabajadoras, aunque no todas reciban una contraprestación salarial por el trabajo que desarrollan; por que es de admirar el trabajo que la mujeres trabajadoras realizan cuando además de atender su casa a sus hijos, dedican buena parte del día para desarrollar una actividad que le reporte unos ingresos tan necesarios en estos tiempos que vivimos, en los que la inmensa mayoría de los hogares no pueden andar si no es con los sueldos de ambos cónyuges, por lo que no queda más remedio que el sacrificio de prácticamente toda la familia, para arrimar el hombro como sea.

Pero también son mujeres trabajadoras aquellas que trabajan como amas de casa y no perciben un salario como contraprestación económica, y hacen de cocineras, señoras de la limpieza, enfermeras, educadoras o canguros, y no se cuantos oficios más, con jornadas laborales de más de catorce horas, y que gracias a la resolución de Naciones unidas del año setenta y siete, también se ven reconocidas, pero el trabajo invisible que ellas hacen no figura en ninguna estadística y ningún registro de parámetros de economía, con lo que nunca podrán optar, a una baja por maternidad, enfermedad, o una prestación de jubilación.

Es difícil que esta situación se pueda solventar y reconocer de alguna manera la labor callada que estas mujeres realizan en el seno de sus familias, y que permanecerán en el anonimato el resto de sus días, a pesar de haber trabajado en el computo global una cantidad de horas muy superior a la de cualquier empleo que hoy en día podamos tener.

Son admirables todas las mujeres, por su carácter, valentía y capacidad de superación ante todos los contratiempos que le puedan surgir y desde que se incorporan al mercado laboral asumen unos retos que antaño serian impensables por parte de todos, con lo que sus obligaciones se multiplican por muchos enteros y también por que no decirlo sus responsabilidades.

Todos los días tenían que ser el día de de la mujer, valedoras de los mayores reconocimientos de esta sociedad, para que podamos hablar de una igualdad plena de todas la mujeres en todos los ámbitos, y no tengamos que estar hablando de que el día de la mujer es cuando nos acordamos que hay mucho y difícil camino por andar, para que aquellas que deciden quedarse en su casa con todas sus obligaciones que conlleva, puedan tener algún tipo de reconocimiento, y las que opten por un puesto de trabajo sea exactamente igual que el que podemos optar cualquier hombre en la mismas condiciones.