Como ya ha anunciado la Alcaldesa de la Ciudad de Jaén, en año 2009 va a ser clave para cambiar la fisonomía de la Capital del Santo Reino; a partir de ahora nos encontraremos con un gran número de calles y aceras levantadas, en aras de poner embellecer esta ciudad y hacerla más cómoda y transitable para todos.
Pero como siempre pasa, incluso en la casa de uno, las obras quedan muy bien cuando se han terminado, y mientras tanto se sufren una gran cantidad de calamidades y peripecias que mejor es no recordar.
En estos días se corta al tráfico la calle Bernabé Soriano, conocida en Jaén como la carrera, para finalizar la obras que empezaron el año pasado y que con motivos de la fiestas navideñas hubo que dejar paralizadas, lo que ocasionara esto un gran trastorno para los conductores en general y los ciudadanos en particular, por que tener que acostumbrarnos ahora a otras vías alternativas, nos va a costar un gran trabajo.
También están recién adjudicadas las obras de la estación de autobuses. Obras estas que eran imprescindibles, pues la estación de autobuses presentaba un estado tercer mundista, dando una imagen para Jaén de ciudad descuidada y en mal estado de conservación.
Junto con estas llegan casi de la mano las obras de remodelación de la Plaza Coca de la Piñera, que una vez que se está de obra en la estación de autobuses, pues hay que aprovechar para remodelar todo su entorno, como es esta plaza, cosa que es comprensible para cualquiera que haya transitado por ella en los últimos meses.
Y yo desde estas líneas aprovecho para hacer una reflexión en voz alta; si hace pocas semanas se anunciaban que comenzarían las obras del tranvía, al que ya le dedique mi columna en una ocasión, y además se ha aprobado la integración del ferrocarril, mediante el soterramiento de las vías y la construcción de una nueva estación intermodal; no se podía haber construido una estación intermodal en la que se integraran autobuses y ferrocarril conjuntamente, como ya está en muchas ciudades de Andalucía, y poder utilizar la estación de autobuses de la Plaza Coca de la Piñera, para que fuese la estación central del Tranvía y los autobuses urbanos, y a la vez se descongestionaría el centro de la ciudad del tráfico de autobuses que diariamente padece.
Las incomodidades que se le causan a los vecinos durante las obras son del todo imprescindibles, pero tenemos que ser hábiles, y ya que las tenemos que sufrir y padecer, pues hagamos todos lo que tengamos que hacer para que una vez terminadas todas estás obras, la ciudad quede irreconocible, moderna y con unos servicios y transportes que todos no tengamos que alegrar que además serán duraderos en el tiempo y todos daremos estás molestias como bien empleadas.
En cambio si lo que nos dedicamos es hacer chapuzas o parches, estaremos cabreados, no sólo durante el tiempo que duren la obras, si no también cada vez que pasemos por alguna de las zonas en la que se pudo y no se quiso hacer una ciudad moderna y bonita.
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