INCENDIOS FORESTALES

Cada año con el calor aparecen los indeseables incendios forestales que arrasan miles de hectáreas en grandes áreas de nuestra geografía nacional, y que inclusive como ocurre en algunos años como este pueden llegar a cobrarse varias vidas humanas que muchas veces son personas que han acudido hasta el lugar del suceso para dejarse la piel y algo más, intentando controlar el incendio.

Cuando tiene lugar un incendio forestal, la perdida de biodiversidad que se produce es tan grande que sus efectos resultan devastadores, y dejan una huella que tarda años o varias décadas en volver a recuperar la zona como estaba antes de tan desgraciado suceso. Suceso que en muchos casos ha sido provocado por la mano del hombre, insensato e inconsciente, que cuando prende el monte, no llega a adivinar de la dimensión que puede alcanzar lo que él tan alegremente inicia sin miramiento alguno, por que como decía un slogan de televisión, “cuando el monte se quema algo tuyo se quema”, así es que tendríamos que mantener esa cordura y saber que lo que estamos quemando es algo nuestro, que lo tenemos prestado en uso, y se lo tenemos que devolver a nuestras generaciones venideras, por lo menos en el mismo estado que nosotros los hemos recibido, y no como un desierto arrasado y pasto de la llamas.

Son muchos los intereses que puede haber detrás de un incendio forestal. Tal vez son los especuladores de la construcción o de la madera, que con el fin de obtener pingües beneficios, los provocan para después venir como lobos con piel de cordero y lucrarse de la desgracia que en muchos de los casos ellos mismo han provocado. Beneficios que los obtienen consiguiendo el que se les hagan adjudicaciones para la saca de madera a bajo coste, o por la adjudicación y posterior recalificación de terrenos para la construcción de macro urbanizaciones en parajes que en su día eran idílicos, pero que la mano del hombre los modeló, con unas miras económicas antes que ecológicas.

Ha llegado la hora que se tomen medidas oportunas, para que esta plaga que llega todos los veranos la hagamos desaparecer, y que cualquier pirómano que se demuestre que es el culpable o inductor de un incendio forestal, se le aplique el código penal en toda su extensión, incluso si es necesario reformarlo, para que estos delitos se contemplen como un delito de terrorismo contra el medio ambiente, y se les haga cumplir las condenas a estos de manera íntegra, para que no se les vuelva a ocurrir iniciar un incendio forestal más en todos los días de su vida.

También en el monte se tienen que volver a hacer la prácticas que se hacían antaño, y el ganado paste en él, por que este es el mejor efectivo del Infoca, que tenemos. Cuando durante el resto del año aprovecha a diente la hierba y el pasto que allí crece.

Todos tenemos que ser cómplices para que no nos toque el próximo, y al más mínimo indicio que veamos, lo pongamos en comunicación de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado para que no se sigan sumando hectáreas a la lacra de cada verano.