CIUDADES PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

Hoy se cumplen seis años desde la declaración de Úbeda y Baeza como ciudades Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en la sala XII de la sede Parisina de este organismo de tanta importancia en lo que a la protección de los bienes culturales se refiere.

Aquella tarde del mes de julio de 2.003, las alegrías y abrazos saltaron tras el aplauso que recibía a estas ciudades en tan prestigioso catálogo. Ciudades que aunque separadas por apenas nueve kilómetros, la rareza de Úbeda y Baeza reside en que las dos se desarrollaron y estructuraron en el transcurso de la historia con una dualidad complementaria en numerosos aspectos que les hace funcionar como una sola ciudad. Las construcciones más antiguas de estas dos localidades datan del período de la dominación árabe, en el siglo IX, y de la Reconquista, en el XIII. Ambas experimentaron cambios importantes en el siglo XVI, al efectuarse en ellas obras de renovación inspiradas en el estilo del Renacimiento temprano. Uno de los valores que Úbeda y Baeza aportan al Patrimonio Mundial es la exportación e influencia de sus talleres de piedra en el mundo latinoamericano, el trabajo de la escuela de Andrés Vandelvira.

Atrás queda un largo camino iniciado en 1989, cuando se presentada por primera vez la candidatura, y año a año se fue reorientando  para conseguir tan ansiada recompensa, de la que hoy celebramos su sexto cumpleaños.

Úbeda y Baeza se engalanan y visten por todo lo alto para celebrar este cumpleaños, y prueba de ello es la cantidad de actividades que ambos tienen programadas para esta celebración. Actividades de tan importantes como la actuación de Mónica Naranjo, acompañada de la Symphonic Film Orchestra de Madrid (Orquesta Sinfónica de Cine de Madrid), que ofrecerá uno de los exclusivos espectáculos organizados dentro de su Tour Adagio, en Baeza.

Esta fecha es para no olvidar, por que ese día a estas dos ciudades de le cambio el rumbo de la vida, y ahora suenan en el mundo entero como una de la joyas del Renacimiento, que desde sus calles y majestuosos edificios, emana para toda la Humanidad.

Esta declaración ha servido para dar un fuerte impulso turístico a ambas ciudades, de tal manera que se puede decir que hay un antes y un después de la declaración. Antes y después que ha servido para consolidar el turismo incipiente que por allí se acercaba, arreglar calles y plazas para que estén a la altura de dicha declaración, de tal manera que Úbeda y Baeza parece otras distintitas, o más bien como si la declaración de Patrimonio de la Humanidad hubiera recortado y bastante los casi nueve kilómetros que las separan.

También los habitantes de esta provincia, no podemos vivir ajenos a estos grandes acontecimientos, y si pagamos importantes sumas de dinero para realizar viajes que nos llevan hasta otros lugares que ostentan esta declaración, tenemos una deuda con nuestras ciudades Patrimonio de la Humanidad y nos debemos acercar a ellas para conocerlas en profundidad.