"Actuar es fácil, pensar es difícil; actuar según se piensa es aún más difícil"

LA EXALTACIÓN DE SAN ISIDRO


A mucha gente que somos de campo o de pueblo, esta semana nos resulta algo especial. Especial porque en ella cae el 15 de mayo, fecha bastante señalada en el calendario para mostros por ser el día del patrón de las gentes del campo, San Isidro Labrador, al que casi todos los hombres y mujeres  que algo tienen que ver con la agricultura, la ganadería o el medio rural, se encomiendan para pedirle y rogarle la concesión de muchas de sus plegarias.
Para mí, desde niño el día de San Isidro era un día demasiado especial, pues aparte de ser el Santo Patrón de una profesión en la que me he criado, en la que me he desarrollado profesionalmente y la que le debo casi todo lo que soy en la vida. Son también las ferias y fiestas patronales de mí pueblo, en honor a San Isidro, fiestas que desde muy temprana edad, las vivía y las vivo con una gran emoción e ilusión, desde el punto en que tiempo antes de que lleguen estas fiestas, el pueblo comienza a engalanarse, se pintan de blanco todas las casas, muchos balcones se adornan con macetas, de tal manera que todo se pone de punto en blanco para recibir a éste Santo.
Poco a poco en el pueblo se va preparando la fiesta, cuidando todos los detalles, incluso recuerdo que cuando pequeños era la época en la que se estrenaba la ropa que luciríamos a lo largo de todo el verano, y por esos días de San Isidro, los críos empezábamos a lucir las blancas pantorrillas en esos pantalones cortos que en aquellos años se llevaban, mientras que las niñas salían con sus vestidos de encaje a unas fiestas que nos llenaban de alegría y felicidad durante unos pocos días de éste mes de mayo.
Cuando llega la fiesta, se coronan las Damas de Honor y la Reina de las Fiestas, de tal manera que durante estos días ellas serán el centro de atención de todo un pueblo, a las que agasajan y condecoran para darle realce a las fiestas. Fiesta que tienen su punto alto cuando a San Isidro se le saca en procesión y se le pasea por las engalanadas calles del pueblo recorriéndolas pausada y tranquilamente, acompañado de la banda de música que con suaves acordes pasean a un Santo venerado por todo el pueblo, al que todos, niños y mayores, acompañan por la calles del pueblo, desde su salida de la iglesia hasta que llega su encuentro con el campo, de tal manera que a San Isidro se le ofrecen las cosechas que con mimo y esmero han criado los agricultores.

San Isidro llega a la iglesia para encerrarse en ella hasta el año próximo en medio de una lluvia de pétalos de rosa y con los acordes del Himno Nacional, que hacen entrar en la Iglesia al Santo, aunque el mismo entra y se asoma a la puerta durante varias veces, para despedirse de su pueblo hasta el año que viene, para que un año más vuelvan esas fiestas patronales, que servirán durante unos días para que un pueblo como el mío o como otros muchos de ésta provincia celebren la festividad de San Isidro Labrador, Santo de los agricultores y agricultoras y sobre todo de todas las gentes del campo y del medio rural.

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