Desde aquella
extinta Educación general Básica hasta nuestros días ha sido mucho lo que ha
llovido, ha sido mucho lo que han cambiado las cosas, y sobre todo han sido
mucho los planes educativos que por las aulas de los colegios y escuelas
españolas han pasado con más o menos aciertos unos y otros, que han venido
provocando el desconcierto entre la comunidad educativa.
La educación,
sin embargo, no debería ser primordialmente un medio para alcanzar un fin
económico, sino al revés, el proyecto económico debería ser el medio para
facilitar y promover la calidad de vida de la ciudadanía, la cual requiere el
pleno desarrollo del ser humano, tanto como persona como ciudadano. Todo ser
humano tiene un gran potencial de creatividad que el sistema educativo debe
promover. Esta visión economicista lleva también a una visión clasista de la
educación, en la que la educación pública debe formar a trabajadores
productivos y disciplinados y la privada debe cumplir con su misión de formar
las élites gobernantes, bajo la guía espiritual de la Iglesia. La mayoría de
las escuelas privadas están gestionadas por tal institución. El favoritismo de
las reformas a la escuela privada reproduce tal visión clasista de la
educación.
Llevamos años
intentando encontrar un modelo que reduzca el fracaso escolar y equipararnos a
Europa en este tema. Aunque se han hecho algunos avances, la opinión de muchos
expertos, fuera y dentro de nuestras fronteras, sigue siendo que España
necesita un pacto de educación a nivel estatal, consensuado por los grandes
partidos políticos, evitando la politización en esta materia. España ha cambiado seis veces
el modelo educativo y, a pesar de todo, seguimos estando en la cola de Europa.
El fracaso escolar sigue aumentando y hace algún tiempo la Comisión Europea
alertó de los importantes desequilibrios en educación, no solo entre los
estados miembros, sino también entre regiones de un mismo país.
Las reformas son
importantes y necesarias con el paso del tiempo, pero lo que no es necesario es
tener tantas y que se hagan sin consenso político, porque así no duran.
Mientras que en otros países se producen retoques y hay más estabilidad, en
España se opta por darle un giro total al sistema. Giro que lo único que lleva
es al desconcierto y dejar sin saber sí lo que teníamos anteriormente era bueno
o no, pues ni siquiera nos da tiempo a poder evaluarlo. Comprobamos como la
letra va cambiando pero la música sigue siendo la misma. La partitura siempre
procede de las necesidades del imperialismo económico; en este caso, el marco
es la U.E.
La reforma
educativa debería impulsarse a partir de un amplio consenso social, ya que la
educación atañe a toda la sociedad y nunca debe depender de una ideología o del
gobierno de turno. Cuando la reforma educativa obedece sólo a los intereses de
la autoridad del momento, suele tratarse de un emprendimiento político para
difundir una visión sesgada de la realidad y para formar a las nuevas
generaciones de acuerdo al mensaje dominante. Más allá del componente político,
la reforma educativa puede llevarse a cabo para actualizar los métodos de
enseñanza y para adecuar las asignaturas a los tiempos actuales. La inclusión
de Internet y de herramientas digitales en la enseñanza es una de las
innovaciones que deberían estar presentes en la mayoría de las reformas
educativas que se impulsan en la actualidad. Pues no puede seguir utilizándose
la educación como moneda de cambio político.
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