Por lo que se ve al
Ayuntamiento de Jaén, con su Alcalde a la cabeza, no le viene muy bien que en
la ciudad de Jaén tenga un movimiento vecinal fuerte y unido en torno a la
Federación de Asociaciones de Vecinos de Objetivos Comunes (O.C.O.), se ve que
eso le molesta bastante y cuando menos les son incómodos, por no ser dóciles y
estar o pasar por las pretensiones que éste Ayuntamiento tenga con respecto a
la ciudad, sus barrios o sus vecinos.
El movimiento vecinal en
cualquier ciudad es imprescindible para que la vida social de la misma se pueda
organizar de una manera armonizada, para que pueda llegar la voz de los vecinos
con sus propuestas y reivindicaciones hasta los regidores municipales, que
deberían ponerle buen oído y tomar en consideración muchas de las propuestas
que les hagan desde ésta Federación, pues la inmensa mayoría de ellas han
salido de muchas horas de debate y consenso, para al final ponerlas sobre la mesa
del Alcalde quien no puede ni debe obviarlas, sopena que quiera darle la
espalda a los vecinos de ésta ciudad.
Es lógico y normal que desde
O.C.O. sean respondones al borrador del reglamento de participación ciudadana,
que no les parezca bien la pérdida de estatus diferenciador entre las
Asociaciones y Federaciones vecinales
respecto a aquellas con carácter más restringido (sectoriales). Esto supone en
la praxis, una pérdida de rango para las asociaciones puesto que debido a su
carácter transversal, sus objetivos y su composición ciudadana suponen el
espíritu de la participación ciudadana, agrupan y representan a los individuos
residentes en su rango de actuación en su relación con las instituciones. Y por
supuesto hacen muy bien en denunciar en voz alta lo que crean que no es justo
para este movimiento vecinal y lo que representan. O no estén conformes con la
pérdida de capacidad económica y de responsabilidad del Ayuntamiento respecto
al movimiento vecinal y asociativo en general. No se regula el derecho al cobro
de subvenciones para gastos corrientes, lo que supone prácticamente la
desaparición o inactividad de la mayoría de asociaciones. Es un ataque
despiadado a la participación y a la organización del movimiento vecinal.
En cierta manera esa es la misión
que la vida social de una ciudad como Jaén tiene encomendada la Federación de
Objetivos Comunes O.C.O., es su tarea, su labor y su buen hacer, y el
Ayuntamiento debe tener muy en cuenta que cuando desde la Presidencia o la
Directiva de ésta Federación se le responde no estando de acuerdo con las tesis
municipales, no lo hace la Presidenta a título personal, sino con el respaldo y
la representatividad que ostenta, y que a buen seguro muchas de las propuestas
que desde O.C.O. se lanzan, han salido a la luz tras muchas horas de debate y
de consenso.
Esto puede que sea molesto para
el Alcalde, pero a este movimiento no se le puede responder con mentiras y
difamaciones, tratando de anularlo, produciendo una asfixia económica en primer
lugar, o dejando de pagar los recibos de la comunidad de vecinos de sus sedes,
de tal manera que lleguen a embargárselas. Ya que puede que al Alcalde le
gusten poco o nada las propuestas que estos hagan y se puede llegar incluso a
entender, pero los políticos de altura se diferencian de los mediocres, en que
en lugar de buscar de manera continuada la confrontación y, querer dejar
aparcados federaciones de tan suma importancia como ésta, tratan de consensuar
sus decisiones y políticas con ellos. Por ello el Alcalde tiene una oportunidad
de oro para demostrar ser un político de altura o caer en el lado de los
políticos mediocres.
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