Ésta semana se ha confirmado la
renuncia de José Antonio Griñan a la Presidencia de la Junta de Andalucía, con
lo que se abre paso a la elección de Susana Díaz como la primera mujer que va a
presidir la Junta de Andalucía desde que se creó, hecho histórico que se
recordará siempre con el paso de los años, por las nuevas y venideras generaciones
de andaluces y andaluzas, que por supuesto marcará un antes y un después.
Pero el relevo en la
Presidencia de la Junta de Andalucía, que se consumará dentro de unos días, no
llega que digamos en el mejor momento para quien lo asume, aún teniendo el gran
respaldo que tiene Susana Díaz de la militancia Socialista, quien le dio su
apoyo mayoritario en el proceso de primarias, de tal manera que no se tuvieron
que llegar a celebrar, como todos ya sabemos. A parte de estas cuestiones tenemos
que tener presente, en la situación que la futura Presidenta asumirá las
riendas de la Junta de Andalucía, los retos que a corto, a medio y a largo
plazo se le van a presentar, en cuestiones que pueden llevar a ésta Comunidad
Autónoma a un lugar o a otro bien distinto y nada deseado.
Tal vez Susana Díaz, tras la
marcha de Griñan, y una vez sea envestida nueva Presidenta, pueda borrar
totalmente la huella de los EREs de la Junta de Andalucía, o más bien dejarlos
ceñidos tan sólo a la actuación judicial, que será lenta pero terminará por dar
sus conclusiones y con ellas, esclareciendo la verdad de los hechos. Aun así le
quedan muchas patatas calientes que una tras otra tendrá que ir sacando de la
olla, y ahí es donde Díaz tendrá que remangarse para dar solución a los
millones de andaluces y andaluzas que se encuentran en situación de desempleo, y
que para más inri muchos de ellos han agotado todo tipo de prestaciones, con lo
que la situación de precario que están viviendo es demasiado lamentable y
desesperante.
También deberá meter mano en
esa fuga de cerebros que estamos teniendo en la inmensa mayoría de los pueblos
y ciudades de Andalucía, que está llevando a que las personas mejor preparadas,
se tengan que ir a desarrollar sus carreras a miles de kilómetros de aquí, en
los países de nuestro entorno en el mejor de los casos y en otro continente en
el peor de ellos, truncando esto la ilusión que muchos de ellos tendrían puesta
cuando iniciaron sus estudios, de desarrollarse profesionalmente en su tierra, y
hurtando a la sociedad andaluza del talento y la sabiduría que estos
estudiantes han adquirido en alguna de las Universidades andaluzas.
Son muchos los problemas que se
encontrará Susana Díaz, encima de la mesa de su despacho, la primera vez que
entre a él, y muchos que no tendrán espera y que tendrá que darle una solución
de manera inmediata, y casi sobre la marcha y ahí en esos y en otros problemas,
es donde deberá demostrar su talento y mesura, para que con mucha mano izquierda,
uno tras otro estos problemas se puedan ir resolviendo de la mejor manera
posible y por supuesto beneficiando a la mayoría de los andaluces y andaluzas,
para que realmente se pueda decir por parte de ellos que la primera mujer
presidenta de la Junta de Andalucía ha hecho historia, no por ser mujer sino
por la gestión que realizó.
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