Esta semana hemos podido conocer las cifras del déficit público que ha
sacado a la luz el Ministerio de Hacienda,
poniendo de manifiesto que aunque era el principal referente de la
política económica de este Gobierno, se ha demostrado que a pesar de su gran
promesa, no cumplen con este objetivo y aunque poco, están por encima de lo
permitido por Bruselas, que tras una gran labor de ingeniería financiera, nos
colocan en el 6’62%, al que si se añaden las ayudas que se han dado a los
bancos, que no cuentan a efectos de déficit excesivo para Bruselas, el
desequilibrio de las cuentas alcanza el 7% del PIB.
Han sido durísimos los sacrificios que nos han venido exigiendo a todos
los ciudadanos y ciudadanas, con importantes recortes en sanidad, educación o
las pensiones, y ahora resulta que es el propio Gobierno Central el que no es
capaz de hacer los deberes, o exigirle a las comunidades autónomas, la mayoría
gobernadas por el PP, que cumplan con el objetivo del déficit que nos marcó en
su momento la Unión Europea. Para que ahora resulte que no han cumplido ni el
Estado ni las comunidades autónomas. La administración central tuvo un déficit
del 5'49 por ciento, casi tres décimas más que su objetivo del 5'2. Por su
parte el conjunto de entes regionales terminó 2013 con un 1'54 por ciento de
déficit frente al 1'3 que se había establecido. Muy distinta es la situación de
los ayuntamientos. Su meta era el equilibrio presupuestario y las corporaciones
locales lo han superado con creces hasta obtener un superávit del 0'41 por
ciento. De esta forma, el déficit consolidado de las Administraciones Públicas
habría superado los 68.500 millones de euros, esto es, unos 2.000 millones más
sobre la cifra prevista. La cifra coincide exactamente con las previsiones de
invierno avanzadas por la Comisión Europea.
La deuda pública de nuestra querida España es de un billón de euros, 166
billones de las antiguas pesetas. Pero el gobierno secuestra los datos y los
manipula descaradamente para ocultar su desastrosa gestión del dinero de los
contribuyentes. Lamentablemente, comprender las cuentas públicas es una misión
imposible. El análisis de los ingresos es para llorar y refleja bien el fracaso
de la política económica de este gobierno, teledirigida por Merkel. En el
verano de 2012 el gobierno anticipó que los ingresos tributarios alcanzarían en
2013 178.000 mill. Hoy por fin han reconocido que sólo han recaudado 169.000
mill.
A mí personalmente lo que me preocupa de todo esto ya
no es ponerme a discutir si el déficit es o no es realmente la cifra que se
dice, o porque la deuda pública aumenta en valor absoluto mucho más que los
déficits. Lo que realmente me preocupa, es que si consideramos el Estado como
una empresa en “quiebra” que pierde 70 mil millones de euros al años, sin
contar gastos extraordinarios, lo que me preocupa, es que en esta empresa,
después de un año en el que se suben los impuestos y tasas (algo parecido a que
una empresa privada incremente el precio
de sus productos) y se anuncie austeridad y recortes, lo que me preocupa es que
al final el resultado de todo este esfuerzo sea que logramos reducir en poco
más de unos 2 mil millones el gran boquete que tenemos. Es decir, ¿me están
diciendo que después de todo lo que dicen que han hecho sólo hemos logrado
reducir en un 3,7% el agujero inmenso que tenemos en las cuentas públicas? Pues,
algo va rematadamente mal. O bien al incrementar el precio de sus productos la
empresa en cuestión está perdiendo clientes o bien no se está ajustando
realmente lo que se tendría que ajustar, porque a vista de los resultados la
empresa España S.A. está con mucha más deuda que hace un año y con una
reducción casi inapreciable de su nivel de pérdidas.
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