"Actuar es fácil, pensar es difícil; actuar según se piensa es aún más difícil"

ASÍ SON LAS VIUDAS DE MI PUEBLO



Hoy no quiero escribir sobre ningún político, ni sobre sus políticas que nos llevan al abismo, porque ya son muchos los ríos de tinta que se les ha destinado a ellos y muchos los minutos de radio y televisión de los que vienen disfrutando para seguir haciendo de la suyas como lo están haciendo.
Por eso en el artículo de hoy quiero resaltar un grupo de mujeres de mi pueblo, como podrían serlas de cualquier pueblo que un buen día se quedaron sin su pareja y tuvieron que empezar a luchar solas en la vida, para poder sacar adelante sus hijos, su familia y su casa, no les falto coraje para hacer en ese momento lo que tuviesen que hacer y hacer de madres y padres a la vez, con estas líneas vengo a referirme a esas mujeres que se quedaron viudas y solas en la vida.
En mi pueblo como en todos los pueblos, existen y día tras día tratan de sobrellevar la situación de la mejor manera posible. Las viudas de mi pueblo han formado su grupito que buena parte de la mañana lo pasan en el hogar del pensionista, haciendo grandes manualidades y primores, para luego exhibirlos para el deleite de todo el mundo, todo eso sin antes haber descuidado su casa y las tareas que ella conlleva y muchas de ellas haber atendido a sus nietos cuando sus hijos están trabajando, de tal manera que casi sin darse cuenta fueron seleccionadas de canguro sin mucha remuneración claro está.
Pero estas mujeres que son un ejemplo de superación, han sabido crecerse en la adversidad y en la desgracia, y ahora se hacen sus bailes y fiestas, para poder con esos ratos buenos que ellas mismas se fabrican, olvidar la desgracia que un día las asoló, y disfrutan ellas con sus tertulias de café de media tarde de tal manera que cuando toman su café, como lo hacemos cualquiera, luego se dedican a jugar sus partidas de parchís o algún que otro juego de mesa. Y eso sí, no puede faltar ese paseo para que las articulaciones no se queden atrofiadas, y la circulación lo haga con la normalidad que a esas edades lo tiene que hacer.
Estas buenas mujeres se organizan sus viajes, no dudan en irse a la playa un día de caluroso verano, como si de veinteañeras se trataran, para unas disfrutar lo que durante sus años de matrimonio no pudieron hacerlo u otras recordar los ratos que junto al mar pudieron pasar con sus respectivas parejas, pero como quiera que sea, ese es el pretexto para conseguir el fin, de pasar un rato agradable en armonía y en buena compañía en la playa o visitando algún monumento o ciudad histórica de nuestro alrededor.
Y no puede faltar el acudir a misa cada sábado, para no tener que estar en continua deuda con Dios. Pero el ir a misa es sólo la excusa para que luego puedan irse todas juntas a tomarse a su hogar del jubilado un mosto, una cerveza o lo que quiera que sea para charlar y pasar un buen rato en compañía unas de otras, de tal manera que con ratos así las viudas de mi pueblo pasan lo mejor que pueden su vida y se reponen de ese trago tan amargo que sufrieron un día, y que aunque se las vea felices y contentas seguro que nunca lo olvidaran.

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