Las
cifras del paro esta semana han llegado a niveles que nadie podía imaginar,
pues el paro registrado en el mes de noviembre, roza ya los casi cinco millones
de parados. Cinco millones de almas desesperadas que quizás se están viendo
ante la situación más crítica de toda su vida, abocados a una prestación y en
muchos casos a la benevolencia de la familia o las migajas de la caridad o
beneficencia, que llega tras la solidaridad y el esfuerzo de miles de familias
que aún estando pasándolo mal, donan como hemos visto en esto días, unos kilos
de alimentos no perecederos para que el banco de alimentos crezca y poder
atender al máximo de ciudadanos posibles.
La
situación ya es alarmante, y alguien se tiene que dar cuenta que este camino
emprendido no está llevando a buen puerto o más bien a ninguna parte porque
creo que no se sabe muy bien hacia dónde vamos, o los que nos gobiernan andan
con el norte perdido, en unos referentes que se está demostrando los resultados
que dan.
El
Presidente Rajoy ha dicho muchas veces que llevaría los deberes bien hechos a Bruselas, para que allí se le
examine de dos cosas solamente, que son de las que se están examinado en los
últimos años, la deuda y el déficit público, de tal manera que cumpliendo esos
objetivos los demás no importa para nada y si el paro llega a más del 26% pues
qué más da, pero los objetivos sobre los que nos examina Bruselas están
cumplidos, y podrán estar nuestros gobernantes orgullosos de haberlos cumplido.
Orgullosos antes las autoridades Comunitarias, tras haber sucumbido ante sus
tesis libelares que lo único que nos ha llevado es al mayor destrozo de la
economía jamás conocido, y a que sean ya casi cinco millones de trabajadores
los que tengan la tarjeta de demanda de empleo en el bolsillo.
La
situación se está haciendo insostenible, pues los recursos están tocando a su
fin en miles de familias de tal manera que quizás no aguanten otro envite de
recortes y de rebajas como se está
escuchando, y que pretende tanto Bruselas como los organismos económicos
internacionales, que piden a nuestro país más y más esfuerzos a costa de sus
ciudadanos, sólo para que cumplamos con el objetivo de déficit y deuda pública,
para que las grandes corporaciones de las que muchos de los dirigentes
Internaciones y Comunitarios provienen, puedan seguir haciendo su agosto en una
economía capitalista que, como se está demostrando, en España ha perdido el
norte y sobre todo el referente social que se debería tener en cada momento
para que la sociedad puede desarrollarse libremente, generando empleo y riqueza
y así poder hacer despegar la economía y con ello la sociedad en general.
Alguien
tiene que decirle a los Gobernantes Españoles y Comunitarios que aquí algo se
está haciendo mal que los resultados de sus políticas de austeridad se está
viendo demasiado claros cuales son y que sobre todo por este camino que se ha
emprendido quizás que no llegaremos a ninguna parte, o tal vez sí, a un estallido
social en el que pueblo tenga que decir basta a unas políticas que está
demostrado que lo único que pretenden es que los ricos sean cada vez más ricos
y que los pobres sean cada vez más pobres, puesto que el fin no siempre
justifica los medios.
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