En unos pocos
días veremos como comienzan a echar el cierre la mayoría de las almazaras y
cooperativas de nuestra provincia, dando por finalizada una de las campañas que
muchos podríamos calificar de atípica, por unos rendimiento inusualmente bajos
y una climatología nada propia para el invierno que estamos acostumbrados a
vivir en esta provincia, donde muchas veces hemos conocido varios días o a
veces semanas enteras sin poder salir al campo por una generosa lluvia, de la
que este invierno hemos carecido y que con casi toda seguridad echaremos de
menos a lo largo del año que estamos comenzando.
A pesar de la
falta de pluviometría, de los bajos rendimientos, que nos han llevado a una
cosecha por debajo de lo que se esperaba. No podemos decir lo mismo en cuanto a
la calidad que se ha obtenido, o se está obteniendo en esta campaña, donde se
habrán conseguido a buen seguro, aceites de una altísima calidad que serán
reconocidos por el mundo entero, y que llevarán el nombre de Jaén por todos los
rincones del mundo, dejando bien claro lo que significa la calidad para el
sector aceitero de Jaén.
Inusual
también está siendo los precios a los que cotiza el aceite de oliva en todas
sus categorías. Precios que la mayoría de los olivareros firmaríamos como
óptimos para la próxima década. Precios que aseguran la rentabilidad del sector
productor en cada una de nuestras explotaciones y que de alguna manera pueden
servir para generar empleo y riqueza en toda la geografía de la provincia de
Jaén, como de sobra se viene demostrando cuando la bonanza del mercado lo
permite y vivimos en los niveles de precios que estas últimas dos campaña
estamos viviendo.
Pero no
podemos confiarnos, porque esto puede ser un espejismo o un sueño, que cuando
despertemos de él, nos podemos encontrar con la cruda realidad que nos lleva a
los umbrales de precios de hace algunos años, donde sufríamos los olivareros y
olivareras una pérdida de rentabilidad impresionante, donde la ruina acechaba a
casi la totalidad de las explotaciones y hacia que sobre muchas de ellas, sobre
todo las de las comarcas más deprimidas, planeara el abandono y la emigración
de los pueblos de miles de agricultores y agricultoras que a precios de menos
de dos euros kilo de aceite no pueden vivir en sus localidades.
Por eso,
acciones como las que esta semana ha estado realizando el Presidente de
Diputación Provincial, junto con la Interprofesional del aceite de oliva en
Estados Unidos, donde han abordado una serie de acciones previstas a corto y
medio plazo, entre las que enumeran la colaboración con el Instituto Culinario
de América y la Escuela de Salud Pública de Harvard para celebrar en Nueva
York, en el mes de junio, un encuentro dedicado a los cocineros. Nos servirán a
buen seguro para que podamos aumentar el consumo de aceite de oliva, sobre todo
Virgen y Virgen Extra, en uno de los mercados más poderosos y con mayor poder
adquisitivo del mundo, de tal manera que podemos presumir y decir a boca llena
que el aceite de oliva español en EEUU, se consume, no sólo por su cualidades
organolépticas, sino porque resulta ser un alimento bastante saludable para
muchas de las patologías que los americanos pudieran padecer en un momento
determinado.
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