Últimamente venimos escuchando mucho que España está creciendo y que el PIB
(Producto Interior Bruto) está subiendo, o lo que es lo mismo que estamos ante
una recuperación económica por signos inequívocos de la macroeconomía, o más
por lo grandes números que arrogan estas cifras, que visto así nos haría pensar
en que realmente estamos ante un crecimiento de la
economía. Pero ese crecimiento no es tal cuando nos vamos a ver la ciudadanía
de a pie o la economía familiar en la que no se reflejan estos mismos datos.
Es que cuando vemos noticias como que “las
empresas han ganado un 28,6% más hasta septiembre, según los datos de la
Central de Balances del Banco de España, que recoge los resultados de las
empresas no financieras. Y que esa mejora deriva de la "evolución
positiva" tanto del resultado ordinario neto -que crece un 19,7%- como de
los atípicos, que ya están en números negros frente a las minusvalías
registradas en ejercicio anteriores. Por ello los beneficios de las empresas se
recuperan y se encuentran ya en el mejor nivel desde que comenzó la crisis,
aunque todavía más de seis puntos porcentuales por debajo del registrado en
2007 en relación con el valor de la producción”. Nos da motivos para pensar
en que estamos ante una cierta recuperación económica.
Pero por otro lado cuando miramos hacia las familias vemos como la pobreza
sigue instalada en el 42,7% de las familias con tres hijos, sin olvidarse de los hogares con dos niños,
porque, aunque están menos afectados por la pobreza, durante los años de la
crisis han sufrido un empeoramiento de sus condiciones y representan al 45% de
la población infantil pobre. Por eso viendo los datos en su conjunto, uno
de cada tres niños es pobre (2.800.000 aproximadamente) y uno de cada diez sufre pobreza extrema,
lo que sitúa a España a la cabeza de la Unión Europea, solo por detrás de
Rumanía y a gran distancia del 8% de pobreza infantil que se calcula en
Noruega. Con todo esto España fue junto a Grecia y Polonia el país de la unión
que menos porción de su PIB
destino a las ayudas familiares. En total, el 1,4% (la media de la OCDE
es del 2,2%).
Ante todo esto y escuchando las noticias de que en España crece el PIB y
que en muy poco tiempo estaremos a velocidad de crucero, tenemos que tener muy
en cuenta como se hacen estas cuentas, o más bien como se reparte este
crecimiento, pues si miramos sólo los datos de la macroeconomía, pues realmente
si crece el PIB, aunque de manera incipiente aún, tirado principalmente por el
crecimiento de las grandes empresas. Pero si descendemos hasta el nivel de las
familias, los datos que nos llegan y que vivimos y vemos a nuestro alrededor,
nos damos cuenta que no tiene nada que ver con ese crecimiento sino más bien
todo lo contrario. Pues vemos como cada vez más los niños van sin desayunar al
colegio, como cada vez más son los abuelos los que están manteniendo los
hogares de muchas familias españolas, en definitiva que el crecimiento de la
economía española por ahora sólo le llega a unos pocos, porque para los demás
no deja de ser un espejismo como si de un oasis en el desierto se tratase.
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