Hoy hace una semana que nos dejaba para siempre mi padre, y la verdad que
es un duro trance por el que nadie nos gusta pasar por él, por muy mayor o muy
enfermo que se encuentre, y aunque uno se lo esté esperando, nunca terminas de
asimilarlo cuando se produce el fatal desenlace, y te cae encima como una losa
de la que a todo el mundo que ha pasado por este trance, le cuesta bastante el
reponerse y como no, el asimilarlo.
Una vez que ya mi padre no está entre nosotros, pasan por mi cabeza los
buenos momentos que junto a él he vivido, ver cómo era un padre ejemplar que se
desvivía por cada uno de sus cinco hijos, por mi madre o por sus nueve nietos.
Estando siempre a disposición de cada uno cuando lo hemos necesitado, dispuesto
para todo y pendiente de todos y cada uno de nosotros. Luchando y dando mil
batallas para poder sacar adelante en lo que él creía y alegrándose lo más
grande de los logros de sus hijos y de sus nietos.
Mi padre era tenaz, y nunca daba una batalla por perdida lucho contra un
cáncer y lo venció, y llegado el segundo le plantó cara como el sabia, pero
este se rodeó de un aliado inesperado, la dichosa infección, que lo pillaron a
traición y al final le ganaron esta batalla, que él peleó hasta la saciedad sin
descanso, pero su debilitado cuerpo y la enfermedad pudieron con él.
Son muchas la personas que en estos días te cuentan anécdotas vividas con
mi padre, que te das cuenta lo querido que era por todo el mundo que lo
rodeaba, te cuentan los favores que a uno o a otro les había hecho, sin pedir
nada a cambio. Era un hombre de una sola palabra, un hombre en el que su palabra
valía como si de una escritura se tratase. Amable y cariñoso con todo el mundo
y con el que cualquiera podía mantener una conversación más o menos seria, en
la que al final terminaría apareciendo todo lo que él decía. Toda su vida mi
padre fue un emprendedor nato, al que no le tembló el pulso para poner en
marcha uno y mil proyectos, redundando la inmensa mayoría de ellos en la
economía de nuestro pueblo, generando empleo y riqueza en los tiempos más
difíciles.
Le encantaba la lectura, el cine e incluso la escritura. Pues son muchos
los relatos que escribió, por lo que le dieron algunos premios, las obras de
teatro, e incluso los cuentos que todos los abuelos le cuentan a sus nietos, mi
padre la inmensa mayoría los tiene escritos para que con su lectura siempre lo
podamos recordar, y por supuesto que lo vamos a recodar, por eso y por toda la
grandeza que hacia los demás tenía.
Era socialista por convicción, comprometido con la lucha por los derechos
sociales de los más débiles, a los que siempre de una manera altruista ayudó en
cualquier momento, sin mirar caras ni colores políticos en ningún momento, sólo
haciendo el bien por todo aquel que hasta su puerta llamaba y le pedía algún
favor en cualquier momento. Pero ya nada de esto será posible, este cáncer se
lo llevo y aunque de lo bueno siempre nos acordaremos, seguirá siendo demasiado
duro perder a un padre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario