"Actuar es fácil, pensar es difícil; actuar según se piensa es aún más difícil"

EL MUNDO COOPERATIVO


Las cooperativas han sido consideradas tradicionalmente como las empresas de los trabajadores, al fundarse como sociedades para el autoempleo y el autoconsumo de las “clases trabajadoras”. Esa calificación les viene de ser una fórmula empresarial derivada de las primitivas sociedades de socorros mutuos, con las que los trabajadores de la primera industrialización colectivizaron la asistencia sanitaria y los gastos por defunción. También tiene ese origen el carácter mutual del cooperativismo primitivo, que sólo era un instrumento para la autodefensa de sus socios. Ello sin perjuicio de que no sea ese el elemento jurídicamente definidor del cooperativismo, a pesar de que algunos autores mal avisados hayan tratado de delimitar con ese carácter al cooperativismo en general.
Las cooperativas son en la actualidad un recordatorio a la comunidad internacional de que es posible conseguir la viabilidad económica de una empresa y ser responsable socialmente al mismo tiempo. Del espíritu cooperativo tengo la mejor opinión, porque creo que las cosas son más fáciles sumando esfuerzos que esforzándose individualmente y creo que el esfuerzo hay que dosificarlo. No tenemos una energía ilimitada y si conseguimos resolver la comida y la vivienda con un esfuerzo que no sea excesivo y lo hacemos entre todos, es más fácil. En ese sentido tengo la mejor opinión del cooperativismo, pues si se gestionan bien, las cooperativas pueden ser imbatibles.
Las cooperativas son un ejemplo de democracia organizacional o democracia en el trabajo y representan el modelo ideal de las empresas participadas por parte de sus trabajadores y trabajadoras. La democracia en el trabajo lleva implícita la idea de la igualdad. Es decir, la democracia conlleva un mismo derecho a participar para todas las personas implicadas en la decisión a adoptar o en las consecuencias de dicha decisión. Asimismo, la democracia en el trabajo implica reparto de poder y que todas las personas que en ella participan tengan los mismos derechos y obligaciones. Las cooperativas garantizan la igualdad de sus miembros a través de la propiedad compartida de la organización en la que trabajan. Es por ello, que cuentan entre sus valores con la igualdad y la democracia, y la no discriminación entre sus principios cooperativos. Las cooperativas están basadas en los valores de la autoayuda, la autorresponsabilidad, la democracia, la igualdad, la equidad, la solidaridad, la honestidad, la transparencia y la vocación social.

Las cooperativas han sido consideradas como un instrumento idóneo para la creación de nuevas empresas, así como una vía para sacar de la economía sumergida a sectores que en muchas ocasiones están copados por mujeres. Muchas mujeres han considerado que la creación de una cooperativa les da pie a ser propietarias y líderes de una empresa, algo que consideran más complicado en las empresas convencionales. Se ha comprobado que las empresas de economía social ayudan a la corrección de desequilibrios del mercado de trabajo (corrección del paro y la inestabilidad del empleo), son más propicias a realizar cambios en los salarios en vez de en el empleo cuando varían las condiciones económicas de su contexto y fomentan la distribución más igualitaria de renta y riqueza, el desarrollo económico endógeno, la autonomía de los territorios, la oferta de servicios de bienestar social, la estabilización económica y el desarrollo sostenible.

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