La cosecha de aceite de oliva la campaña pasada fue muy cortica
como todo el mundo sabe, llegando a unos niveles de producción que no se
conocían hace mucho tiempo en este sector y que por buena lógica del mercado,
provocaría tensiones y alteraciones en los precios de origen de este nuestro
producto estrella, pudiendo llegar al desabastecimiento de muchos mercados por
la falta de aceite de oliva en origen, todo ello provocado por la escasez de
cosecha que en la campaña pasada hemos tenido.
Nos encontramos en el ecuador de la campaña de comercialización
del aceite de oliva, y si le echamos un vistazo a los datos que mes a mes nos
viene ofreciendo la Agencia de Información y Control Alimentarios, podemos
descubrir ciertas cosas que nos empiezan a llamar un poco la atención. Cosas tales como si a 31 de marzo de 2015, tenemos
unas salidas de 703.749,88 kilogramos de aceite totales, quiere decir que en lo
seis meses de campaña de comercialización que llevamos, se habrá comercializado
a razón de 117.291, 64 kilogramos de aceite de oliva mensuales.
En un comportamiento normal del mercado, hay que tener en
cuenta que con un consumo mensual de parecidas características al que venimos
teniendo, la necesidades que tendríamos para los siguientes seis meses de
campaña de comercialización, serían una cantidad muy similar a la que hemos
tenido en los seis primeros meses, con lo que si hacemos una simple cuanta de
multiplicar el consumo mensual por seis meses, nos damos cuenta que necesitamos
en torno a 703 mil kilogramos, para poder finalizar holgadamente la campaña de
comercialización el 30 de septiembre próximo.
Pero lo más curioso no es eso, sino que según las existencias
finales existentes que da la propia Agencia de Información y Control
Alimentarios, vemos que quedan 467.339,08 kilogramos para los seis meses que
restan de campaña de comercialización, con lo que las cuentas no salen de
ninguna de las maneras, puesto que nos faltarían 236.410,8 kilogramos de aceite
de oliva, para poder llegar al final de la campaña de comercialización, sin
sobresalto alguno, cosa que no ocurrirá como es de preveer.
Analizando estos datos y cifras, se da uno cuenta que con casi
toda seguridad cuando llegue mitad de
julio estaremos con las bodegas totalmente vacías y escurridas de aceite de
oliva, con lo que podríamos entrar en el desabastecimiento de los mercados de
este gran producto, provocando tensiones en los mismos, por la falta de él.
Tensiones que por la ley de la oferta y la demanda, se deben traducir en una
normal subida de precios que los lleve a poner a niveles de lo que se merece el
precio del aceite de oliva.
Con todo esto podríamos asistir cuando se cierre campaña a
varias situaciones, una el desabastecimiento de mercado como ya he dicho, con
las consecuencias de pérdida de cuota de mercado que eso conlleva, no deseado
por nadie por difícil que resultaría volver a recuperarla. Otra situación que
se asistiríamos con perplejidad sería al aumento considerable de las importaciones
principalmente vía Marruecos, por no tener este país contingente fijado siendo
el coladero de casi la totalidad de la producción del Magreb. Situaciones estas
que echando la vista atrás unas cuantas campañas eran impensables en nuestro
sector reina del agro español, que estaba todo bien controlado para además
contener la subida de precios de la que estamos siendo testigos en las últimas
semanas.
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