A la mayoría de los ciudadanos
y ciudadanas de Andalucía, le ha sorprendido el anuncio ésta semana del
Presidente de la Junta de Andalucía de no volver a ser el cabeza de cartel para
el Partido Socialista Obrero Español de Andalucía en la próximas elecciones,
agitando y de qué manera las aguas en el Partido en Andalucía y por supuesto a
nivel Estatal.
Porque dice adiós Griñan con
tanta antelación. Para unos porque la tenaza judicial en el caso de los EREs
falsos lo ha ido oprimiendo hasta que no ha podido aguantar más esa presión y
ha tenido que optar por hacer éste anuncio ya, para que de alguna manera se
pueda ir liberando de alguna presión. Mientras que para otros es un gesto de un
político honesto que tiene las ideas muy claras y que con estas decisiones
demuestra que para nada su intención es perpetuarse en el cargo haciendo de
tapón para las nuevas generaciones que vienen empujando y pidiendo el relevo en
el Partido, con el fin de inyectar savia nueva para que aires renovadores
puedan coger las riendas y tratar de enderezar el rumbo en los ideales de éste
Partido. O tal vez la dura situación económica por la que estamos atravesando,
que mantiene niveles de desempleo que a cualquier político con un poco de
conciencia se le revolverían las tripas, al ver ésta situación y sentirse
impotente sin saber muy bien que hacer o como actuar, pues se acaba dando
cuenta que las grandes decisiones no las toma él y cada vez menos puede
tomarlas aunque sea el Presidente la Junta de Andalucía.
Como quiera que sea, el anuncio
ha sido un gran revulsivo a todos los niveles, un acto de valentía política que
pone contra las cuerdas a propios y extraños, de tal forma que a ver quién es
capaz de recoger el guante para autolimitarse a dos mandatos el estar en algún
cargo público u orgánico de su Partido. A ver quien hace lo mismo que ha hecho
el Presidente de la Junta de Andalucía o el compañero Pepe Griñan.
Lo cierto es que a todos les ha
cogido con el pie cambiado, que nadie se esperaba una decisión como ésta, a la
que ahora toca hacerle frente para dar continuidad a la vida política del
Partido, para que otro timonel que con fuerza agarre el timón y pueda seguir
navegando entre la gran tempestad, para poder llevar el barco a buen puerto. En
definitiva la polémica está servida y por más que Alfredo Pérez Rubalcaba diga
que el adiós de José Antonio Griñán no acelera su marcha –«el calendario del PSOE no va a cambiar»—, el partido es un
hervidero de rumores, formándose la típicas corrientes de un lado y de otro que
tratan de cada uno arrimar el ascua a su sardina, abriendo las luchas de poder
internas que se suelen abrir cuando aparece una noticia como ésta.
El mensaje es claro e
inequívoco y más pronto que tarde
Rubalcaba tiene que tomar la misma decisión que en estos días ha tomado
Griñan, pues éste partido está muy necesitado de aires renovadores, que con
nuevas ideas puedan volver a ilusionar al electorado como un Partido de
Gobierno capaz de plantarle cara a los problemas y por supuesto darle la
solución que mejor le viene al interés general. Así es que al Secretario
General del PSOE Estatal sólo le queda aplicarse ese tan conocido refrán de que
cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar.
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