"Actuar es fácil, pensar es difícil; actuar según se piensa es aún más difícil"

YA TENEMOS PAC


En ésta semana, los Ministros de Agricultura de la Unión Europea llegaban a un acuerdo en lo que sería la nueva Reforma de la Política Agraria Común (PAC), para su aplicación 2.014 a 2020, y que es de vital importancia y trascendencia  para nuestra tierra, y en la que nos jugamos buena parte de la economía y del futuro de nuestros hijos y nietos, que verán dentro de unos años como decisiones que se tomaron hace un lustro, les afecta de lleno en su día a día.
En estos días hemos oído mucho hablar de tasa plana, propuesta por la Comisión Europea. Consiste en que cada productor sea perceptor de una cantidad fija de dinero por cada hectárea declarada, con independencia del cultivo al que se dedique; su volumen de producción y los costes que ello produzcan. Significa, que una hectárea dedicada a pastos para el ganado recibe la misma subvención que el olivar o los cereales. Ésta tasa plana en el norte de Europa vendría a ser una variación de un 2% en las ayudas que actualmente reciben los productores, dado que la variedad de cultivos es mucho más homogénea y está más mecanizada. Pero en España hay mucha más variedad tanto agrícola, como el porcentaje de mecanización de las actividades agrarias, por lo que el trasvase de fondos sería de entre un 30 y un 60%, desde Andalucía hacia el resto de comunidades, algo que podría ser un golpe mortal a nuestra provincia en términos económicos, porque el 5% del PIB provincial procede de las ayudas europeas.
Ahora que ya tenemos acuerdo sobre la PAC entre Comisión Europea, Eurocámara y estados miembros deja una Política Agraria Común más suave respecto a la propuesta inicial de Bruselas. Al menos en lo que se refiere a las ayudas directas. Porque las medidas de mercado vuelven a brillar por su ausencia y son prácticamente nulas en el acuerdo. Por lo que se ve los Ministros y Eurodiputados, ya no se acuerdan de las penalidades que con la caída de precios hemos sufrido en éste periodo que ya toca a su fin.
El temido trasvase de fondos entre Andalucía y otras regiones parece disiparse, después de que la Unión Europea haya aceptado que la convergencia interna derivada de la tasa plana (pago uniforme por agricultor) se efectúe en España dentro de las comarcas. Las ayudas no serán iguales a las hectáreas de producción agrícola, no todos los cultivos son igual de rentables. Eso pretendía la tasa plana, que producciones que no precisaban incrementos de las ayudas que ahora reciben, tuvieran más dinero en detrimento de aquellas que, incluso con las subvenciones que tienen en la actualidad, son prácticamente deficitarias, como es el caso del olivar de Jaén.
Ahora empieza la segunda parte, ahora se trata  que desde la Junta de Andalucía luche por conseguir el máximo rendimiento para los agricultores andaluces, para que ese trasvase de fondos que se pueda producir se mitigue de alguna manera y no se escape ni un euro de lo que ésta provincia o región percibe.
Lo lamentable de todo esto es que al final volvemos a caer en la misma trampa de siempre, y nos dedicamos tan sólo a hablar de ayudas, sabiendo de los fallos que la PAC adolece, y que no son otros que la falta de regulación de los mercados, y ahora perdemos ésta oportunidad histórica de poder hacerlo en ésta reforma, para que la agricultura  y la ganadería pudieran seguir siendo el motor generador de riqueza y empleo en nuestra economía.

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