"Actuar es fácil, pensar es difícil; actuar según se piensa es aún más difícil"

EL CORONAVIRUS Y EL MIEDO


Estos días no se escucha hablar de otra cosa que no sea el coronavirus y los efectos letales que puede tener para la sociedad del mundo entero. Efectos que han dado lugar a tomar unas medidas de protección totalmente inéditas y desconocidas para la sociedad por lo de su magnitud y su exageración que nos pueda parecer, al suspenderse en muchos países clases, en escuelas y universidades, eventos deportivos o incluso eventos comerciales de gran alcance para muchos países del mundo en los que hasta ahora se venían celebrando sin problema alguno.
Esta pandemia que amenaza al mundo entero y que nació de china, se ha convertido ya en el mayor descalabro económico que se podía prever en cualquier momento, superando a otras pandemias recientes como pudieran ser la gripe A, el ébola, el VIH o mal de las vacas locas, haciendo tambalear a todo un gigante Asiático como China o a nuestra Unión Europea. En la que no saben cómo atajar esto y sobre todo que mensaje habría que lanzar para poder tranquilizar a toda la sociedad, sin olvidar la incidencia que este nuevo y desconocido virus tiene sobre las personas y sobre todo en aquellas que componen los grupos de riesgo.
La verdad es que muchos nos preguntamos si tan gordo es esto que se nos viene encima para que el miedo se haya instalado entre nosotros de la manera que se ha instalado, que de ser así pues todas las precauciones que se tomen son pocas y sobre todo hay que empezar por uno mismo a tomarlas, para tratar de parar esta epidemia que, por lo que nos anuncian, puede acabar con una buena parte de la sociedad mundial, donde ya han muerto unas miles de personas a consecuencia del este desconocido virus.
Pero a otros muchos, como a mí, y por supuesto sin olvidar nada de lo que acabo de escribir, nos da la sensación que nos están tomando el pelo, a este virus como a todos los que han podido atacar a los humanos, se le ira poniendo negro sobre blanco, para terminar por erradicarlo. Y como no con alguien que a costa de las personas afectadas o de haber infundado el miedo en la población, hará su agosto particular, vendiendo miles de vacunas o medicamentos que ataquen a este virus, previniéndolo o tal vez curándolo de aquellas personas que pudieran resultar afectadas.
Lo que sí está claro es que sobre el virus, su propagación y los síntomas existe un total desconocimiento, cuando no desconcierto. Desconcierto que es el que hace que el miedo corra como la pólvora y llegue a todos los rincones del mundo haciendo que los gobiernos de turno tengan que tomar medidas que pueden ser bastante drásticas, pero sobre las que nadie se atreve a decir que sean innecesarias y sobre todo que pueda de alguna manera calmar este miedo que anda suelto entre toda la sociedad del mundo entero.
En definitiva, la Organización Mundial de la Salud, o las grandes potencias mundiales, como Estados Unidos o la Unión Europea, deben tratar de analizar y profundizar en todo lo que este coronavirus puede originar en las personas y lanzar un mensaje de tranquilidad y calma, puesto que por ahora la gripe común, la que nos llega cada año, se lleva por delante a miles de personas año tras año y no le damos la importancia que al coronavirus le estamos dando.

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