"Actuar es fácil, pensar es difícil; actuar según se piensa es aún más difícil"

LA CAZA EN LA CONTIENDA ELECTORAL


Los ultraderechistas de Vox se han erigido en los últimos meses como salvadores del deporte de la caza, tratando de dar la imagen de que ellos son los únicos que libraran a este colectivo de cualquier ataque, mientras que los demás los estamos denostando y tratamos por todos los medios de que desaparezca, cosa que es totalmente incierta, por no decir mentira, ya que como queda demostrado en muchas de las mociones que se aprueban en los Ayuntamientos o en la Diputación, es muy al contrario de lo que ellos vienen predicando y anunciando en la distintas redes sociales.
Me llama mucho la atención que la derecha rancia y casposa venga ahora a defender la caza a ultranza. Pero me surge una pregunta bastante recurrente, que no es ni más ni menos que; ¿qué tipo caza están defendiendo? Porque si es la caza de hace cincuenta años en la que el señorito era el que pagaba los tiros y los padres y abuelos de esos miles de cazadores de hoy lo único que hacían era recogerle las piezas o aleárselas, para que el señorito de turno las pudiera tener a tiro fácil.
Son muchas las maneras de defender la caza y por ende a los cazadores y creo que estos ultraderechistas lo que defienden es la caza olvidándose totalmente de los cazadores, pues mal vamos, si vamos a defender la caza como un deporte de carácter totalmente privado, con altos precios por un puesto en los diferentes cotos o monterías, en lugar de defender una caza como todos la conocemos de carácter social en la que pueden practicar este deporte todo aquel que lo desee sin más gasto que los propios de las armas y municiones, en las que los cotos son deportivos y cedidos muchas veces de manera gratuita.
La caza que estos señores defienden, es la caza de la época del franquismo, con cacerías a todo confort sólo para unos pocos, y los demás rindiéndoles pleitesía a estos, como muchos habremos visto o leído en la película o el libro de Miguel Delibes de los Santos Inocentes, donde el señorito era el que sólo empuñaba la escopeta, él y sólo él, y si le tenía que pegar un tiro al esclavo se lo pegaba y se quedaba tan pancho, porque los únicos cazadores eran ellos y los demás tan sólo vasallos para servirles y nada más.
Si nos dejamos caer en los brazos de esta gente le estaremos haciendo un flaco favor a la caza y probablemente empezaríamos de nuevo a ver desaparecer la caza como todos la conocemos en la que aparte de ser un deporte se trata de un movimiento social y económico importantísimo para nuestros pueblos y comarcas, donde los cazadores se dejan año tras años una importante cantidad de dinero en todo lo que se mueve a su alrededor y que perderíamos si cambiamos todo eso por un deporte privado que tan sólo puedan practicarlos unos pocos acaudalados como lo que están tratando.
Debemos tener muy en cuenta que la caza lejos de perjudicar al medio ambiente y a la fauna, es la mayor protectora de él, al mantener la biodiversidad, que es tan importante en nuestros días y que tan denostada se encuentra en muchas de nuestras zonas rurales, la mayoría de las veces no por culpa de la caza sino por otros factores externos y por supuesto ajenos totalmente a ella.

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