UNA VIDA DE DEDICACIÓN

Esta semana hemos conocido el relevo de Rafael de la Cruz al frente de la Denominación de Origen de Sierra Mágina. Relevo que llega de forma natural al alcanzar éste la edad de jubilación, pues aunque parezca que no pero el tiempo pasa y el D.N.I., se empeña en señalarnos que aún sin darnos cuenta vamos cumpliendo años y llegado el momento hay que dejar la primera línea de fuego para dar paso a gente más joven que vienen empujando por detrás y que son los que se tienen que hacer cargo para que cualquier institución pueda seguir con su normal funcionamiento.

Sí hay alguna persona comprometida con el sector del aceite de oliva en Jaén, ese es Rafael de la Cruz, y no sólo con el sector del aceite de oliva, sino con la agricultura, la ganadería y el desarrollo rural de la provincia en general, donde se ha dejado la piel y no ha escatimado ni un sólo esfuerzo para sacar adelante cualquier proyecto que se le haya presentado o cualquier situación que tuviera que ver con la agricultura, ganadería o el desarrollo rural de la provincia, además de ser una gran conocedor del agro de Jaén, por convicción y por devoción y sobre todo con una gran profesionalidad que ha demostrado siempre  allá donde haya hecho falta, por el bien de los agricultores y ganaderos de Jaén.

Como todo el mundo bien sabe Rafael de la Cruz, ha sido el alma y artífice de la Denominación de Origen de Sierra Mágina, ostentando el cargo de Presidente desde su nacimiento hasta llegar el momento de su jubilación. En ella ha demostrado sobradamente su gran conocimiento por el aceite de oliva, y de una comarca que como él bien ha dicho muchas veces, le enamoró. Trabajando sin descanso para que el nombre de Mágina pudiera llegar a lo más alto en el mundo del aceite, donde la calidad y el buen hacer han primado siempre por encima de cualquier otra cuestión, de tal manera que al final de su largo periodo al cargo de la presidencia, la Denominación de Origen de Sierra Mágina, no sólo se ha consolidado sino que es una de las más prestigiosas de todo este sector.

Pero he tenido la suerte de conocer a Rafael de la Cruz en la distancia corta, y ese grandón que puede parecer a simple vista un bruto, ha resultado siempre ser el hombre más amable y entrañable que jamás he conocido, que te habla con la mayor de las pasiones del mundo sobre aquello que le encanta, sin importarle para nada el tiempo, incluso se emociona con aquello que a cualquiera puede parecerle lo más simple del mundo. Y ahora sé que no se retira del todo, porque estoy seguro que aquellos que lo consideramos un gran amigo, estará al otro lado del teléfono, para cuando lo levantemos para pedirle consejo, que realmente y sin lugar a dudas, será el más útil y certero que nunca podemos escuchar, porque para Rafael de la Cruz no existe la maldad o hacer daño por hacerlo, sino que más bien todo lo contrario, y eso es lo que ha hecho que haya tenido una vida entera de dedicación para conseguir no sólo poner a Mágina donde la ha puesto, sino para ayudar desde cualquier sitio y en cualquier momento, al agro de la provincia de Jaén.