"Actuar es fácil, pensar es difícil; actuar según se piensa es aún más difícil"

LAS DIPUTACIONES MÁS NECESARIAS QUE NUNCA

Tras el acuerdo entre PSOE y Ciudadanos, ha saltado a la palestra el papel que juegan las Diputaciones ante la sociedad, poniéndose de manifiesto que son instituciones inservibles y que no tiene objeto el seguir manteniéndolas, pues se tratan de unas instituciones con más de dos siglos de existencia y ya toca liquidarlas, porque al parecer para lo único que sirven es para hacer clientelismo político y crear círculos de poder en torno a ellas, por parte del partido que las venga gobernando.
Nada más lejos de esa realidad, pues las Diputaciones cumplen un papel fundamental para la sociedad, y mucho más para la sociedad del medio rural, sobre todo de los pueblos menores de veinte mil habitantes, donde mantener una serie de servicios que son básicos para la población, les sería prácticamente imposible, por no decir de un elevado coste, que al final terminarían pagando los vecinos y vecinas, a los cuales se les haría inviable el poder vivir en estos pueblos. En primer lugar por la carencia de servicio, y en segundo lugar por el incremento económico que le supondría.
Y que, dicho sea de paso, junto a los ciudadanos, que han sido víctimas y no culpables de esta historia. Por eso urge, efectivamente, regenerar la democracia, pero no siempre la solución está en suprimir sino en mejorar. Y este caso de las Diputaciones. Los problemas de la España rural no son fáciles de explicar, ni de entender, ni de atender. En la ciudad las cosas se ven de otra manera porque son de otra manera. Y hoy por hoy, a falta de una administración comarcal que algunos soñamos, es la Diputación Provincial la que hace el quite a los pequeños municipios.
La provincia está regulada en el artículo 141 de la Constitución Española de 1978, configurándose como un nivel de gobierno local caracterizado por la agrupación de municipios, sin perjuicio de su configuración también como división territorial para el cumplimiento de las actividades del Estado. La garantía institucional de la autonomía provincial ha sido reiteradamente puesta de relieve por la jurisprudencia constitucional. En ese mismo artículo se recoge la previsión de que “el gobierno y la administración autónoma de la provincia estará encomendada a Diputaciones u otras Corporaciones de carácter representativo”.

Soy un convencido de la importancia fundamental que esta institución tiene para la provincia como prestadora y coordinadora de una extensa cartera de servicios que incluye, entre otros, la asistencia y a asesoría a entidades locales, la administración electrónica, el planeamiento, la gestión y recaudación tributaria, la extinción de incendios, la mejora de las infraestructuras urbanas vías y obras, de equipamientos, el arreglo de caminos o la prestación de servicios sociales como la teleasistencia, la teleformación, las ayudas para la generación de empleo en las cooperativas y la agricultura, como aquellas que pretenden diversificar en nuestra provincia los cultivos alternativos al olivar, además de otros servicios de turismo, cultura y deporte. Asimismo, desde la diputación provincial se convocan numerosos planes de ayudas diseñados a medida para los municipios, tanto para la mejora de los equipamientos locales y de los servicios básicos, como para el fomento del empleo y las necesidades que se detectan en los municipios. Es por ello por lo que las Diputaciones son más necesarias que nunca, son administraciones provinciales que de no existir habría que inventarlas.

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